La Ecología del Fuego es una disciplina científica que se encarga de estudiar el papel de los incendios en los organismos y los ecosistemas. A pesar de que los incendios son generalmente considerados como algo negativo, éstos forman parte del ecosistema y hay evidencias de que han ocurrido desde la aparición de las plantas terrestres hace millones de años, en el Paleozoico, y que por tanto han formado parte de su evolución. Por ejemplo, ecosistemas propensos al fuego, como los mediterráneos, están dominados por vegetación adaptada al fuego, como resultado de esta larga asociación.
En esta línea de investigación en torno a la Ecología del Fuego trabaja el Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra, adscrito a la Facultad de Ciencias y Tecnología, y en concreto el investigador Bruno Moreira, quien asegura que es “fascinante” tratar de entender las estrategias y mecanismos que las plantas tienen para sobrevivir en estos ecosistemas y el efecto que el fuego tiene sobre los patrones de la vegetación.
Moreira se ha centrado principalmente en estudiar el papel del fuego en la ecología de las plantas y ecosistemas del ámbito mediterráneo. “Muchas especies que viven en zonas donde el fuego es un factor importante han adquirido características adaptativas que les permiten persistir en estos ecosistemas. Por ejemplo, hay especies que han desarrollado cortezas muy gruesas que les permiten resistir al fuego, y otras que tienen la capacidad de rebrotar después de haber sido quemadas por el fuego a partir de órganos protegidos del calor”, recuerda.
Asimismo, hay características relacionadas con la persistencia a nivel poblacional. “Los individuos adultos son eliminados por el fuego, pero la población persiste por un reclutamiento post fuego a partir de semillas acumuladas en conos (una adaptación ecológica denominada serotinia) o en el suelo”, detalla.
Bruno Moreira trabaja desde hace nueve años en esta línea de investigación. Como estudiante de grado, realizó una estancia en el Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Comisión Europea en Italia, en el marco del proyecto INFOREST- Information and monitoring of the forest environment, donde empezó a profundizar en esta línea. Una vez licenciado, obtuvo una beca Leonardo da Vinci para trabajar en el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, en España, donde participó en varios proyectos y colaboró con varios expertos en el campo de los incendios forestales, la ecología, la conservación de las plantas y la restauración de los ecosistemas mediterráneos. Después surgió la posibilidad de realizar un doctorado en el área de la Ecología del Fuego con el doctor Juli Pausas, del Centro de Investigaciones sobre la Desertificación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en España, con el que aún colabora en el presente.
En este tiempo, ha profundizado en los mecanismos que permiten a las plantas subsistir al fuego, los factores que afectan la capacidad de las plantas de rebrotar o la estimulación de la germinación por el calor o el humo asociados al fuego.
Para llevar a cabo estos estudios se utilizan diversas técnicas y enfoques metodológicos, principalmente trabajos experimentales en el campo y en el laboratorio para medir características de las plantas asociadas con el rebrote, el reclutamiento post incendio, el propio fuego o la genética de las poblaciones.
El papel del humo en el crecimiento de las plántulas
Los resultados obtenidos a lo largo de estos años en torno a esta línea de investigación apoyan el papel prominente del fuego como un elemento clave en el proceso ecológico y evolutivo en la cuenca mediterránea. En artículos publicados en revistas como PLOS ONE, Annals of Botany o Journal of Vegetation Science los investigadores han demostrado que tanto el calor como el humo asociado a los incendios estimulan la germinación de varias especies de la cuenca mediterránea. En algunas especies, el crecimiento inicial de las plántulas también es estimulado por los compuestos químicos presentes en el humo.
Por otro lado, en el contexto de la hipótesis de que en los ecosistemas propensos al fuego la selección natural favorece características que aumentan la capacidad de inflamación, han encontrado evidencia de que una especie germinadora, Ulex parviflorus, existente en zonas con fuegos recurrentes, “tiene mayor inflamabilidad que poblaciones de la misma especie existentes en las zonas donde el reclutamiento es independiente del fuego”, explica Moreira.
Próximos pasos
En un futuro, el objetivo es estudiar y comprender el efecto del fuego en la estructura de las comunidades en ecosistemas propensos a los incendios. “Establecer los factores que determinan y cómo determinan la riqueza de especies, entender qué especies son afectadas positivamente y qué especies son afectadas negativamente y qué características están asociadas con estas especies y profundizar en la coexistencia dentro de la comunidad, es decir, por qué se producen ciertas asociaciones entre especies y no otras, serán algunos de los próximos pasos”, concluye el investigador.
Referencia bibliográfica
Moreira B., Castellanos M.C., Pausas J.G. (2014). “Genetic component of flammability variation in a Mediterranean shrub”. Molecular Ecology, 23 (5): 1213-1223
Tormo, J., Moreira., y Pausas, J. G. (2014). “Field evidence of smoke-stimulated seedling emergence and establishment in Mediterranean Basin flora”. Journal of Vegetation Science, 25 (3): 771-777