Al inaugurar en Viena una conferencia ministerial convocada precisamente con motivo de ese accidente, el director general del OIEA, Yukiya Amano, expuso una serie de medidas que fortalecerían las salvaguardas existentes en los tratados internacionales sin necesidad de enmendar esos instrumentos.
Entre otras disposiciones, Amano propuso que los expertos del OIEA inspeccionen el 10% de las 440 plantas nucleares que operan en el mundo durante los próximos tres años.
“El accidente de Fukushima Daiichi es terrible, pero tengo confianza en que aprenderemos las lecciones y que como resultado las plantas nucleares en todo el mundo serán más seguras”, dijo.
Ante los representantes de alto nivel de más de cien países miembros del OIEA, Amano subrayó la importancia de utilizar los recursos nacionales e internacionales en medidas prácticas que redoblen de manera inmediata la seguridad de las centrales atómicas.
En este sentido, también sugirió una metodología común para calcular los riesgos de desastres naturales y las posibles respuestas a los siniestros.