Para las ONG resulta insuficiente el inventario de especies y el estudio de sus amenazas, y destacan la falta de presupuesto. Por ello van a solicitar a la Comisión Europea su paralización.
Los espacios pertenecientes a la red Natura 2000 han de cumplir una serie de requerimientos, entre los que se encuentra la elaboración de un plan de gestión que asegure la conservación de todas y cada una de las especies y hábitats protegidos del espacio. Sin embargo, el documento presentado no establece objetivos de conservación para especies amenazadas, como el sisón común o la nutria, reptiles, como el galápago europeo y leproso, o peces, como el calandino o la boga de río.
En definitiva, del total de especies y hábitats de la zona, el plan presentado sólo establece metas de conservación para el 12%. Por otra parte, los escasos objetivos establecidos son inferiores a las poblaciones actualmente existentes:
El Plan pretende alcanzar de 700-750 avutardas en el espacio, cuando la población actual supera las 850 (censo del Museo Nacional de Ciencias Naturales).
Propone albergar tan sólo 1 ó 2 nutrias en más de 70 km de río, cuando existe hábitat suficiente para más de 20 ejemplares.
Se contempla conservar 1 ó 2 refugios de murciélagos, cuando su población está dispersa por el espacio.
Por ello, las organizaciones consideran que este plan no sólo no mejoraría el actual estado de conservación de la biodiversidad en la zona, sino que, de cumplirse los objetivos, lo empeoraría.
Faltan medidas contra las grandes amenazas
Además, se echan en falta medidas adecuadas para frenar o revertir las graves amenazas que tiene el espacio y que han hecho que, por ejemplo, la población de sisón común descienda un 60% en 6 años. Así, la presión urbanística, las nuevas infraestructuras viarias como la Radial 1, la introducción de especies exóticas, las 15 graveras que afectan al espacio o las frecuentes desecaciones que sufre el río Jarama, hacen de este espacio protegido uno de los más amenazados de la Comunidad.
Por ello, WWF y SEO indican: “Se debe modificar este plan, pues tal y como está redactado pretende gestionar un espacio protegido sin objetivos a cumplir y con unas medidas de gestión que son más unas recomendaciones que una serie de actuaciones concretas con plazos y presupuesto asociado”. Y concluyen: “Este plan demuestra la falta de voluntad de la Comunidad de Madrid de solventar sus obligaciones legales, creando documentos carentes de compromiso”.
De los 22 planes de recuperación de especies y 7 planes de gestión de sitios Natura 2000 que la Comunidad de Madrid debe aprobar en 2010, tan sólo se ha aprobado uno. Lo que pone en evidencia el escaso interés de la administración autonómica para conservar su patrimonio natural.