Fábricas cerradas, autopistas vacías, calles desérticas… son estampas que se repiten en todo el mundo a medida que la pandemia de coronavirus avanza inexorablemente. El parón brusco de las actividades humanas tiene, paradójicamente, un gran beneficiado: el medio ambiente.
El descenso de la cantidad de desplazamientos en vehículos a motor, la disminución de la producción industrial y el consumo se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros. Desde China hasta Venecia, Barcelona o Madrid, estos son algunos de los efectos secundarios positivos de la crisis sanitaria.
En China, mejora drástica de la calidad del aire debido al coronavirus
Los datos no mienten. A lo largo de todo el mes de febrero, el primero del largo confinamiento que lleva la provincia china de Hubei, el promedio de días sin contaminación atmosférica aumentó en un 21,5% en comparación con las mismas fechas del año anterior, según un informe del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China.
Asimismo, las imágenes de satélite publicadas por la NASA y la Agencia Espacial Europea mostraban una reducción drástica de las emisiones de dióxido de nitrógeno en las principales ciudades del país.
En el norte de Italia: niveles insólitos de dióxido de nitrógeno
Algo similar ha acabado pasando en Europa, donde la oleada de confinamientos producidos durante los últimos días también se ha traducido en una mejora drástica de la calidad del aire.
Así lo revelan los datos del satélite Sentinel 5P, en los que se aprecia una reducción significativa de la contaminación atmosférica coincidiendo con las medidas drásticas de confinamiento tomadas en los últimos días. La animación muestra las fluctuaciones de dióxido de nitrógeno entre el 1 de enero y el 11 de marzo de 2020.
Según datos del consistorio de la capital de España, la ciudad ha reducido la contaminación atmosférica hasta en un 35%, debido principalmente a la combinación de dos factores: las medidas de confinamiento por el coronavirus y la inestabilidad meteorológica.
Los datos facilitados diariamente por el Sistema de Vigilancia de Calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid no dejan lugar a dudas: durante los días de confinamiento, los cinco distritos de la ciudad cuentan con medidas catalogadas dentro de la categoría “muy bueno” del índice de calidad del aire. Por su parte, en Barcelona los datos de la Generalitat indican que las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) se redujeron a la mitad tras solo tres días de confinamiento.
Aguas cristalinas en Venecia
En las redes sociales abundaban el pasado fin de semana en las que se distinguían los canales de la ciudad de Venecia como pocas veces se habían mostrado: completamente limpios. En algunas zonas incluso se observaban rincones con aguas cristalinas que cobijaban incluso algunos pequeños bancos de peces que se habían aventurado en los canales desde la laguna o desde el mar.
“La laguna se apropia de Venecia, sin vertidos y sin tráfico, se puede ver el fondo de los canales. Deberíamos reflexionar sobre la explotación del turismo turístico en Venecia“, escribía en Twitter Palli Caponera en una fotografía en la que se observa una barca sobre aguas cristalinas. Con menos tráfico por los canales, los sedimentos arrastrados por las embarcaciones vuelven al fondo, reduciendo considerablemente el agua turbia y devolviendo a Venecia una estampa digna del más bello cuadro renacentista.
Fuente: National Geographic,
Artículo de referencia: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/planeta-principal-beneficiado-por-coronavirus_15325,
Esto es lo que hay que leer. De esto es de lo que hay que tomar conciencia en este confinamiento. Nuestro planeta está por encima de todos y de todo. La Tierra se regenera y vuelve a darnos lo mejor de ella, siempre nos sostiene… Tiene su espíritu, tiene su lenguaje y esta es su voz.. Vivimos en un paraíso. El paraíso perdido no existe; es la conciencia del ser humano que no ve, no ve, no ve… ¡Bendito corona!! Agachemos la cabeza y reverenciemos a la Tierra. Nuestro sistema puede cambiar; tiene que cambiar.