Volcán Tagoro
La erupción submarina que se produjo en octubre de 2011, a 1.8 km al sur de la población pesquera de "La Restinga" en la isla de El Hierro, generó, en tan solo 6 meses, un edificio volcánico submarino a 400 metros de profundidad, cuya cima principal quedó a 89 metros con respecto a la superficie del mar, alcanzando una altura de 312 metros. La base del edificio volcánico tiene una forma sub-circular de 738 por 950 metros y una pendiente de 18.4°.
Tagoro fue cartografiado por primera vez por el buque oceanográfico Ramón Margalef del IEO en octubre de 2011. A partir de ese momento, investigadores del Instituto Español de Oceanografía, las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna y el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife, en colaboración con otras instituciones de investigación canarias, han dedicado grandes esfuerzos en el estudio físico-químico, biológico y geológico de Tagoro.
Además, este equipo científico ha conseguido consolidar una fructífera línea de investigación con la obtención de proyectos del Plan Nacional de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Economía y Competitividad y fondos FEDER (proyectos Vulcano-I y Vulcano-II) y proyectos financiados por el IEO como Bimbache o Vulcana.
La palabra "Tagoro" es una palabra de origen bereber que significa "recinto circular de piedras" o "lugar de reunión". Gracias a los casi cinco años de investigación y a las imágenes submarinas captadas por los científicos durante todo este periodo, el volcán Tagoro cumple con creces los dos significados de su nombre bereber.
Por un lado, un gran recinto de piedras de casi un kilómetro de diámetro y forma circular y, por otro, centro de reunión para cientos de investigadores nacionales e internacionales, dirigentes políticos, pescadores, medios de comunicación y de la sociedad en general asombrados por la capacidad de destrucción y, a la vez, de recuperación de la Madre Naturaleza sobre uno de sus ecosistemas marinos.