WWF pide a las administraciones que las zonas afectadas por el fuego no caigan en el olvido, pues los incendios no se acaban cuando se apagan las llamas. Como muestra el trabajo realizado por WWF y la Fundación AXA, llega el momento de reparar los daños para evitar que en el futuro vuelvan a arder los mismos bosques. Proteger el suelo para evitar la erosión y planificar qué monte se quiere recuperar son dos piezas claves para devolver la vida a las zonas afectadas.
Este verano ha ardido un 59% menos de la superficie media afectada en los últimos diez años. El número de Grandes Incendios Forestales (GIF) ha sufrido también una importante reducción: de media, al año, se producen un total de 27 GIF y, hasta la fecha, se han producido 7. En total, hasta el 21 de septiembre, fecha de la última actualización del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, este año se han producido 8.897 siniestros en los que han ardido 42.380,54 hectáreas, el registro más bajo de la última década.
Estas cifras son positivas para los montes españoles y para la sociedad en su conjunto. Sin embargo, WWF recuerda que, aunque 2013 y 2014 han sido años relativamente buenos en cuestión de incendios, esto se debe a las condiciones meteorológicas y no a mejoras impulsadas por las administraciones: nuestros bosques siguen siendo igual de vulnerables al fuego.
Además, no hay que olvidar que municipios como Aleas y Bustares en Guadalajara, Ujué (Navarra), Mijas (Málaga), Alhama de Almería y Lucainena de las Torres (Almería), Tivissa (Tarragona) o Mecerreyes (Burgos), entre otros, han sufrido este verano el azote de las llamas. WWF hace un llamamiento a las administraciones públicas para evitar que estas y otras zonas afectadas por grandes incendios caigan en el olvido. Es momento de evaluar los daños e impulsar proyectos de restauración coherentes para minimizar los impactos y evitar que en el futuro vuelvan a arder.
WWF y la Fundación AXA publicaron en junio el informe “Bosques después del fuego”, en el marco del proyecto “No arriesgues tu bosque”, en el que se ofrecen unas pautas básicas sobre las fases y aspectos que deben perseguir los proyectos de restauración para minimizar los daños en los bosques afectados y evitar masas altamente vulnerables en el futuro.
Para la restauración es fundamental evaluar la necesidad de establecer actuaciones de emergencia a corto plazo, donde el principal recurso a proteger es el suelo, y definir qué clase de monte se quiere para el futuro, apoyándose en el conocimiento científico e implicando a la población local. WWF defiende que unos bosques sanos, diversos y rentables son el mejor cortafuegos contra los grandes incendios.
“Ha pasado la temporada de alto riesgo de incendios y ahora es el momento de actuar si queremos acabar con la lacra del fuego. Las comunidades autónomas deben impulsar proyectos de restauración que potencien el rédito económico de los montes, al mismo tiempo que conserven sus valores y servicios ambientales y sociales”, ha asegurado el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo. “Optar por la inacción tras los incendios nos condena a seguir sufriendo en el futuro sus graves impactos sociales, ambientales y económicos”.
Josep Alfonso, director de la Fundación AXA, advierte de la importancia de relativizar estas cifras: “A pesar de que se trata de una buena noticia, 42.000 hectáreas quemadas sigue siendo un dato escalofriante; es necesario continuar trabajando por recuperar los bosques y no olvidar que todos podemos hacer algo, además de las administraciones. Aunque solo sea porque nuestra supervivencia depende en gran parte de ellos”.
Guardianes del Bosque
WWF y la Fundación AXA piden a los ciudadanos que se comprometan como “guardianes de los bosques” y ayuden a sensibilizar a través de las redes sociales sobre los efectos de los grandes incendios forestales. La propuesta es que publiquen en Twitter o Instagram fotografías de la evolución de zonas afectadas por un incendio forestal con el hashtag #guardiandelbosque y WWF irá recopilando las imágenes y publicando información sobre el proceso de recuperación de esos bosques tras el fuego en el Mapa del Fuego.