Desde el inicio de las Tablas de Daimiel, bajo las aguas del parque se ha ido acumulando poco a poco una gran cantidad de materia orgánica. Con toda esa cantidad de material empapado en agua se fue formando el carbón vegetal que actualmente se está incendiando.
Problemas por la desecación
En el año 2005 se comenzaron a secar las lagunas por las "continuas extracciones no controladas", con el consiguiente secado del suelo. Al perder el agua, el terreno se encoge y agrieta, iniciándose la introducción de oxígeno. El bombeo de gas a través de las grietas, aumenta rápidamente su temperatura.
Ataque al fuego
Los operarios del parque, para sofocar las llamas, se dedicaron a aplastar el terreno con palas mecánicas. De esta manera trataron de evitar la entrada de oxígeno hacia las turberas. Un freno para el proceso de autocombustión ya iniciado. Más tarde, bombas de agua trataron de controlar el fuego subterráneo.
Situación actual del parque
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel se encuentra situado en los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos. Además de la figura de protección de parque nacional, la máxima que otorga el Gobierno de España, Las Tablas están incluidas también en la lista de humedales de espacial importancia, a proteger con el Convenio Internacional Ramsar. Asimismo, es una zepa (zona de especial protección para las aves) y una reserva de la biosfera.
Las Tablas fueron declaradas como parque nacional el día 28 de junio de 1973, aunque ha tenido problemas de desecación desde sus inicios, por la canalización de los ríos y el abuso de técnicas de regadío. La fauna dentro del parque es bastante importante sobre todo por sus aves, las cuales le han proporcionado la categoría de humedal Ramsar, como la garza imperial o el zampullín cuellinegro.
En la actualidad únicamente podemos ver agua en el parque en dos puntos gracias a bombeos subterráneos, pudiendo ver los restos de alguna de las lagunas.