La creosota, sustancia cancerígena, dejará de poder comercializarse en el mercado de la UE salvo si una empresa recibe la autorización para hacerlo. El uso de la creosota por los consumidores está prohibido desde 2003.
La nueva decisión de la Comisión modifica la Directiva sobre los biocidas y tiene su origen en una evaluación de riesgo de los efectos de la creosota en la salud humana y en el medio ambiente. La creosota es cancerígena a cualquier nivel y existen graves riesgos medioambientales si la madera tratada con creosota entra en contacto directo con el suelo o el agua.
Janez Potočnik, Comisario de Medio Ambiente, ha declarado lo siguiente: “La decisión de hoy contribuirá a un medio ambiente más seguro para todos. Se mantendrán algunos usos de la creosota, pero estas restricciones garantizarán que la seguridad sea una prioridad en todas las circunstancias. La industria debe intensificar ahora sus esfuerzos por encontrar alternativas viables que sean menos dañinas para el medio ambiente”.
La creosota es un producto industrial de tratamiento preventivo de la madera que lleva usándose más de un siglo, pero cuya toxicidad ha preocupado de manera creciente. La creosota es una mezcla compleja de cientos de compuestos distintos, incluidos hidrocarburos aromáticos bicíclicos y policíclicos (HAP), que son muy nocivos para el medio ambiente y plantean riesgos inaceptables para las generaciones futuras.
Las empresas ferroviarias aún usan ampliamente las traviesas de madera tratada con creosota, especialmente en las zonas rurales o en lugares a los que resulta difícil llegar. También son muy conocidos los postes de madera que se utilizan para las líneas de distribución de electricidad o para los cables de telecomunicaciones. El cercado agrícola e industrial también es un gran mercado para la madera tratada con creosota.
Los análisis del ciclo de vida indican que, en determinados casos, no existen alternativas adecuadas. En consecuencia, los Estados miembros pueden autorizar su comercialización para usos definidos claramente, si no existen alternativas menos perjudiciales para el medio ambiente. En esos casos se aplican condiciones rigurosas, con medidas para proteger a los trabajadores de la exposición al producto durante el tratamiento y la manipulación de la madera. La consulta a las partes interesadas, que formó parte del proceso de toma de la decisión, ha indicado las ventajas socioeconómicas considerables de usar creosota en determinadas aplicaciones.
Antecedentes
Técnicamente, la medida de hoy es una modificación de la Directiva sobre los biocidas por la que se incluye la creosota en su anexo 1, la lista de sustancias activas con requisitos acordados a escala comunitaria para su inclusión entre los productos biocidas. La Directiva sobre los biocidas tiene por objeto armonizar el mercado europeo de biocidas y sus sustancias activas con vistas a conseguir un alto grado de protección de los seres humanos, los animales y el medio ambiente.