Propietarios, productores y ecologistas sitúan la mejora de la gestión como una prioridad para el sector forestal, que puede avanzar en productividad, eficacia y sostenibilidad, así como evitar la expansión de incendios y plagas. La clave, como dicen distintas fuentes a EFE, está en la inversión, que ha de ir enfocada a la gestión de las masas forestales -en el caso de España, un 67% administradas de forma privada- y a una revitalización de la industria.
Superficie forestal
De acuerdo a los datos de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), el país cuenta con una superficie forestal de 27.872.829 hectáreas, que ocupan aproximadamente el 55% de la geografía nacional. Esto sitúa a España en el tercer lugar de Europa con mayor superficie forestal arbolada y en el primero con el incremento más elevado en superficie de bosques, con un ritmo anual del 2,19%, cuando la media europea es del 0,51%.
Sin embargo, la tasa de extracción es del 41%, cuando la media europea es del 69%. La gerenta de la COSE, Patricia Gómez, calcula que la posibilidad de extracción podría ser del 46%. “La madera es muy versátil y ahora sacamos 19 millones de metros cúbicos pudiendo sacar 46 millones”, en un momento en el que en Europa “hay hambre de madera”, lamenta Gómez.
En su opinión, todo depende de una mayor inversión nacional, de la Política Agraria Común (PAC), que apenas da espacio a los bosques en el primer pilar, y de una estrategia forestal europea, a la que exigen más detalle. “El apoyo a la gestión forestal, acompañado de un apoyo a una reindustrialización del sector forestal: esas dos cosas acompañarían a un desarrollo del sector que nos daría muchos beneficios económicos y ambientales”, continúa.
El presupuesto con el que cuentan actualmente lo destinan “fundamentalmente” a la extinción de fuegos y a reforestar tierras agrícolas abandonadas, cuando, añade, hay “mucha masa forestal que gestionar” y “es mejor invertir en prevención y gestión que luego gastar el dinero en apagar un incendio”.
La organización recuerda que puede suponer un beneficio económico, sirve para reducir incendios, plagas y los efectos del cambio climático, protege la biodiversidad y genera empleo permanente, lo que podría ayudar a asentar la población rural.
Fragmentación de las masas forestales
La gerenta de la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (Fafcyle), Olga González, explica que en la región, que engloba a cerca el 45% de los casi tres millones de propietarios de terrenos forestales en España, hay un problema de fragmentación de las masas forestales, como también sucede en el resto del país.
Es decir, los propietarios cuentan con superficies que no son lo suficientemente grandes como para aplicar medidas que puedan tener impacto positivo en el territorio y, en muchos casos, no son rentables para los dueños.
Por ello, pide medidas que apoyen la organización de propiedad y los procesos de agrupación -para que se puedan aplicar planes unificados que tengan mayor impacto en el territorio- y decisiones fiscales “que favorezcan al sector, para que esas rentas muy pequeñas no sean una carga”, además de una mayor digitalización, la innovación enfocada a la bioeconomía y las políticas a largo plazo.
Desde la organización internacional FSC (Forest Stewardship Council), el director ejecutivo en España, Gonzalo Anguita, recuerda a EFE que los bosques aportan más que los “aprovechamientos forestales” y son proveedores de servicios que son “fundamentales para la sociedad” y se deben monetizar.
Gestionar de manera más interconectada la producción forestal
Para su correcta gestión, reclaman un aspecto multidisciplinar: gestionar de manera más interconectada la producción forestal con las explotaciones agrícolas y ganaderas, lo que ayudaría a la colaboración en cuanto a los recursos y la prevención de plagas, los incendios y la desforestación.
“Si queremos conservar las superficies forestales del planeta, tenemos que abogar por unas estrategias más integradoras”, asegura, respecto a una iniciativa que cuenta con proyectos pilotos, pero que en España todavía no se plantea de manera nacional, dada las competencias autonómicas.
A juicio de Anguita, todos estos problemas conducen a que, al final, España opte por importar madera y ser dependiente del exterior, cuando “sería muy útil desde el punto de vista económico para las empresas y, en general, para la sociedad”.
Y lamenta que no existe un inventario público reciente que permita ser más concreto en las necesidades del sector, que se enfrenta a los efectos del cambio climático, el cual llega acompañado de “amenazas importantes y crecientes” como plagas, sequías y altas temperaturas, que provocan la desforestación y la erosión de los suelos.
Fuente: EFE VERDE,
Artículo de referencia: https://www.efeverde.com/noticias/sector-forestal-gestion/,