El Día de la Tierra , que se celebra hoy en todo el mundo, es uno de los mejores ejemplos del poder de una sociedad civil movilizada. Su promotor, el ex senador por Wisconsin Gaylord Nelson, convocó el 22 de abril de 1970 una marcha multitudinaria en EEUU para agitar el establishment político y forzar la introducción del medio ambiente en la agenda nacional . Fue una apuesta arriesgada, pero funcionó.
Aquel 22 de abril, 20 millones de ciudadanos se apropiaron de la calle para demostrar la fuerza del movimiento ecologista. El Día de la Tierra consiguió unir a republicanos y demócratas, a ricos y pobres, a urbanitas y agricultores. El Gobierno de EEUU se vio obligado a crear la Agencia de Protección del Medio Ambiente y a promulgar diferentes leyes sobre la limpieza del agua, la calidad del aire y la protección de especies amenazadas.
En 1990, el Día de la Tierra salió de su lugar de origen y se convirtió en una reivindicación global. Hoy, más de 5.000 organizaciones ecologistas de todo el mundo apoyan la iniciativa alumbrada por Nelson.
El pasado domingo, unas 15.000 personas se manifestaron en Madrid para exigir a las administraciones públicas que actúen ya frente al cambio climático, en un acto organizado para conmemorar el Día de la Tierra en España . El comunicado de los manifestantes, convocados por cuarenta asociaciones ecologistas, sindicales y vecinales, retomó el espíritu contestatario nacido el 22 de abril de 1970: Reduzcamos las emisiones de dióxido de carbono tanto como nos dicen los científicos, no los poderes económicos , clamaron.
Guía para salvar la Tierra
Petróleo
No autorizar la construcción de nuevas refinerías de petróleo, y aplicar una moratoria de nuevas centrales térmicas a partir de combustibles fósiles.
Emisiones
Prohibir la producción de gases de efecto invernadero como los CFC, HCFC y HFC.
Agricultura
Un modelo agroalimentario de baja incidencia en el medio ambiente y que tenga en cuenta el derecho de los pueblos a una alimentación y medio ambiente sano.
Bosques
Una política basada en especies autóctonas, sostenible y avalada por una certificación ambiental y social independiente, y de prevención de la desertificación.