Hace cien años, los depósitos de piedra caliza del yacimiento de El Montsec en el Pirineo aragonés revelaron los primeros fósiles de Montsechia vidalii, una planta con flor acuática que creció abundantemente hace unos 130 millones de años en lagos de agua dulce en lo que ahora es una región montañosa de España.
Montsechia vidalii es contemporánea, o incluso más antigua que Archaefructus sinensis, una planta acuática propuesta como una de las primeras angiospermas
Con los descubrimientos en los años 80 de otros restos en el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca, se completó el registro fósil. Sin embargo, hasta el momento los análisis de los fósiles habían sido malinterpretados.
Un nuevo estudio, publicado en PNAS, presenta ahora una reinterpretación que proporciona una nueva perspectiva sobre la aparición de las primeras plantas con flor. El análisis de los más de mil restos fósiles de esta angiosperma apunta a que Montsechia vidalii es contemporánea, o incluso más antigua que Archaefructus sinensis, una planta acuática hallada en China y propuesta como una de las primeras angiospermas.
“El descubrimiento arroja luz sobre la historia evolutiva temprana de las plantas con flor, así como sobre el papel que desempeñan estas plantas en la evolución de otras plantas y animales”, dice David Dilcher, autor principal del trabajo e investigador en el departamento de Geología de la Universidad de Indiana (EE UU).
Una flor que vivió entre braquiosaurios e iguanodones
El equipo, que cuenta con la participación del científico Carles Martín-Closas de la Universidad de Barcelona, analizó cuidadosamente los restos de Montsechia vidalii y examinó los especímenes. Los resultados demuestran que la planta vivió hace entre 130 y 125 millones de años, según las comparaciones con otros fósiles hallados en la misma área como los de un alga de agua dulce.
La planta con flor no poseía pétalos ni estructura para producir néctar y vivió bajo el agua
El estudio confirma así que esta planta con flor fue contemporánea de braquiosaurios e iguanodones ya que estuvo presente durante el Cretácico. Este examen fue crucial porque, según los científicos, muchos observadores modernos no considerarían el fósil como el de una angiosperma.
“Montsechia posee partes florales que no son obvias, como lo serían los pétalos o las estructuras que producen el néctar para atraer a los insectos, y además vivió durante todo su ciclo de vida bajo el agua”, concreta Dilcher quien continúa explicando que el fruto contiene una única semilla.
La planta se parecería a las actuales Ceratophyllum, una planta acuática verde oscura, muy popular en la actualidad como decoración en los acuarios o los estanques ornamentales que alojan a los peces koi Por esta razón, un siguiente paso en la investigación sería averiguar qué especies conectan a Montsechia y Ceratophyllum.
“Aún queda mucho por descubrir sobre cómo unas pocas especies de plantas portadoras de semillas dieron lugar a la enorme variedad de flores que habitan hoy en prácticamente todos los ambientes de la Tierra”, concluye el científico.
Referencia bibliográfica:
David D. Dilcher et al. “Montsechia, an ancient aquatic angiosperm” PNAS 17 de agosto de 2015