El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha elaborado el Inventario de Daños Forestales 2010 en España, del que se desprende que, durante el pasado año, se ha mejorado el estado general del arbolado respecto a años anteriores.
De acuerdo con los datos del inventario, el 85,4 por ciento de los árboles estudiados presentan un aspecto saludable, considerándose dañados un 12,2 por ciento con defoliaciones superiores al 25 por ciento, mientras que el porcentaje de arbolado muerto o desaparecido se mantiene estable, en torno al 2,3 por ciento.
Es general, esta mejoría es mas notable en las frondosas, con un 83,3 por ciento de ellas sanas frente a un 79,3 en 2009 y algo menos acusada en las coníferas, con un 86,9 por ciento de arbolado sano.
Se constata solo un mínimo de arbolado muerto debido a cortas sanitarias y fruto de aprovechamientos forestales, así como a procesos de decaimiento derivados del fuerte déficit hídrico que afectó al arbolado en años anteriores.
En los resultados obtenidos puede observarse una clara mejoría en muchas de las Comunidades Autónomas, destacando Asturias, Cataluña, Baleares, Andalucía y Valencia.
Con respecto a años anteriores también es significativa la disminución de los agentes que habitualmente afectan a los bosques, especialmente apreciable en los daños por sequía y, en menor grado, por insectos; los daños por procesionaria y por defoliadores primaverales de frondosas disminuyen especialmente.
Las anotaciones relacionadas con incendios forestales y con la acción del hombre suben de forma ligera, así como las anotaciones de perforadores, cochinillas y algún ataque puntual de insectos poco relevantes a escala global. Se mantienen los procesos degenerativos en pinares de radiata y de nigra, así como presencia generalizada de chancro y tinta en los castañares.
Los daños atribuidos al muérdago siguen una tendencia ascendente, y se confirma el impacto del proceso degenerativo sobre las alisedas cantábricas. Deben por último citarse el crecimiento de fenómenos puntuales de decaimiento en algunos sabinares y se aprecia un cierto incremento en los daños relacionados con el síndrome de la Seca.
Frente a esto, los niveles de crecimiento de la masa forestal, y los indicadores de su estado vital indican que la mejoría apreciada hace que la capacidad de defensa del arbolado frente a agentes adversos es mucho mejor este año que en los anteriores. En definitiva, no se ha detectado una bonanza tan clara en el estado de salud de nuestros bosques desde el año 2004.
En cuanto a las causas de esta mejoría, debe considerarse que el clima, y fundamentalmente la cantidad y distribución de las precipitaciones, con un régimen pluviométrico que, entre el otoño-invierno del 2009, ha jugado un papel fundamental en la evolución del estado de salud de los bosques.
A esto debe sumarse las bajas temperaturas extremas registradas puntualmente en el invierno, las cuales han tenido un efecto letal en las poblaciones durmientes de insectos defoliadores y perforadores, que han visto mermado por tanto su potencial biótico durante el año 2010. Esta situación es el reverso de lo producido durante los últimos años, en especial durante el periodo 2005-2006 y el año 2009.
También ha sido decisivo el papel de las Administraciones Forestales, tanto a nivel nacional a través del MARM como autonómico mediante los órganos competentes responsables de las CC.AA. en el mantenimiento de la vitalidad de los bosques. En este sentido las operaciones selvícolas de limpieza de monte, el fomento de masas mixtas, el combate puntual de organismos de cuarentena, y el desarrollo de métodos de control biológico y biotécnológico son elementos fundamentales para el control de los agentes que ponen en peligro el equilibrio dinámico del bosque.
En este aspecto el MARM, a través de la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal juega un papel fundamental, centrado en el fomento del control biológico de poblaciones (campañas informativas y distribución a ayuntamientos, asociaciones conservacionistas y personas interesadas de nidales de aves insectívoras), y en el desarrollo de técnicas de control biotecnológico: las feromonas forestales, desarrolladas con la financiación y apoyo del MARM, constituyen el elemento clave en el control dinámico de las poblaciones de insectos, facilitando su reducción hasta umbrales que permiten su coexistencia con la vegetación forestal natural existente.
El Inventario de Daños Forestales (IDF) se realiza en base a la información sobre los parámetros indicativos del estado de salud de los bosques que proporcionan las Red Europea de Daños de Nivel I, establecida en toda Europa con el objetivo de realizar un seguimiento periódico de la vitalidad de los bosques, y su relación con la Contaminación Atmosférica y otros Agentes Nocivos.
Consiste en el seguimiento anual de los puntos de una red sistemática y aleatoria, que cubre toda Europa. El número de puntos revisados en España durante el año 2010 ha sido de 620, evaluándose un total de 14.880 árboles; 7.488 coníferas y 7.392 frondosas.