Hoy la organización de la Vuelta Ciclista dará a conocer el recorrido de su nueva edición con una última etapa en una de las zonas emblemáticas de la Sierra de Gudarrama. Esta agresión incumple las normativas vigentes, al tratarse de zonas A1 y A2 del Parque Regional de la Cuenca Alta del Rio Manzanares. Además, el entorno del Puerto de Navacerrada se vería afectado en el final de la etapa, aún estando clasificado como Área de Singular Valor Ecológico (ASVE) por las Directrices de Ordenación del Territorio de Segovia, DOTSE, que contempla un régimen muy restrictivo para su uso. En esta línea el artículo 25 señala que "las instalaciones existentes para el transporte de esquiadores no deberán ser ampliadas, siendo un objetivo a largo plazo su levantamiento".
La ONG considera que llevar a cabo una etapa que, en su último tramo, sube a una cumbre de un espacio natural de alta fragilidad ambiental y con la máxima protección es un atropello de los espacios protegidos y, por tanto, de las normativas ambientales vigentes.
El régimen para zonas declaradas ASVE se recoge en el artículo 5, donde se especifica que no cabría la posibilidad de realizar la Vuelta por la gran masificación que conlleva, y que en realidad se trataría de una actividad prohibida. El mismo espacio y la falda norte del Alto de Guarramillas se encuentran dentro de una Zona de especial protección para las aves y de un Lugar de Importancia Comunitaria, LIC "Sierra de Guadarrama", incluidos en la Red Natura 2000, así como en el Espacio Natural "Sierra de Guadarrama".
El régimen al que se ve sujeta esta clasificación es muy restictivo en cuanto a sus usos con el fin de evitar cualquier daño a los hábitats naturales protegidos, de conformidad con la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. La celebración de un final de etapa en el Alto de Guarramillas requeriría de infraestructuras que perjudicarían al espacio protegido (como se puso de manifiesto la última vez que llegó La Vuelta en 2010) y de un gran uso de suelo por la masificación ocasionado por los espectadores y sus vehículos, mientras la legislación tanto a nivel comunitario como estatal obliga a defender esta zona.
En la anterior edición, en septiembre de 2010, se hizo uso de la megafonía a altos decibelios durante todo el día en la zona de meta, cuando se prohibió de modo expreso, y se realizaron pintadas que no se quitaron y dieron pie a sanciones por parte de la Consejería.
Miles de personas y diversas entidades sociales siguen manifestando su rechazo a este tipo de actos. "Estamos en contra de la realización de estos eventos en masa, en espacios naturales emblemáticos y de alta fragilidad como es la cumbre de las Guarramillas. Por ello, exigimos el compromiso inequívoco de las autoridades competentes, de no volver a conceder autorización alguna para este tipo de actos. A su vez, solicitamos a los patrocinadores a manifestar su rechazo a este tramo de la etapa que podría terminar perfectamente en el Puerto de Navacerrada", declara Lawrence Sudlow, secretario general de Amigos de la Tierra.