Al menos 11.921 personas han muerto a consecuencia del fuerte terremoto registrado el lunes en el suroeste de China, según un nuevo balance del gobierno recogido por AFP.
El seísmo, que el primer ministro chino, Wen Jiabao, ha calificado de "desastre superior", alcanzó una magnitud de 7,8 en la escala de Richter.
El embajador de España en China, Carlos Blasco, ha afirmado que, según los datos disponibles hasta el momento, no hay ninguna víctima de nacionalidad española entre las miles de personas afectadas.
"La situación es más grave de lo que habíamos estimado anteriormente, y necesitamos a más gente aquí para ayudar", declaró Wen, que se desplazó a la zona del desastre y visitó el centro que coordina los operativos de rescate en la ciudad de Dujiangyan, a un centenar de kilómetros del epicentro.
Durante la noche, numerosas personas intentaron buscar sus pertenencias entre los edificios derrumbados y la oficina sismológica provincial anunció que en la madrugada del martes se han registrado más de 1.800 temblores, algunos de ellos de hasta 6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter.
El epicentro, incomunicado
Sin embargo, el balance de esta catástrofe podría aumentar a medida que las tareas de rescate se aproximen al epicentro, en el distrito de Wenchuan, que hasta el momento sigue incomunicado. Y es que en esta zona montañosa, las vías de comunicación están bloqueadas por peñascos y piedras. "He visto numerosas casas derrumbadas y peñascos que cayeron de las montañas a los caminos", declaró el jefe de una unidad de la policía que viajó a la zona.
El secretario del Partido Comunista de este distrito de, aproximadamente, 112.000 habitantes, también ha lanzado un llamamiento por teléfono satélite, según la agencia. "Necesitamos urgentemente tiendas, víveres, medicinas y sistemas de comunicación", declaró el responsable, Wang Bin.
En Dujiangyan, los socorristas continuaban sacando nuevos cuerpos de los escombros de una escuela. Los responsables del colegio de Xiang e creen que sólo 100 de los 420 alumnos del centro han sobrevivido al hundimiento del edificio, que se produjo en horario escolar.
Fuga de amoníaco
Además, la agencia oficial Xinhua citó a las autoridades de la ciudad de Shifang, próxima a Deyang, que anunciaron la fuga de amoníaco a consecuencia del derrumbamiento de una planta química y la muerte confirmada de 600 personas, 81 estudiantes entre ellos.
Según fuentes de organizaciones humanitarias presentes en la zona, la población de las zonas afectadas sufrió gran estado de ansiedad y cuadros psicológicos ante la tragedia, lo mismo que en numerosas ciudades como Pekín, donde los edificios de oficinas fueron evacuados.
Este es el peor terremoto desde 1976, cuando un temblor de tierra en Tangshan (al norte del país) dejó más de 240.000 muertos, según cifras oficiales, y hasta 700.000 muertos, según los expertos occidentales.