Los trabajos de restauración comprenden la zona norte del Turó, “donde se ha modelado morfológicamente el terreno en forma de isletas”, explica un portavoz de la empresa Lafarge Cementos, responsable de los trabajos. Entre otras actuaciones, los científicos han proyectado plantaciones de pinos y otras especies autóctonas en la zona.

Restauración en forma de isletas

La restauración en forma de isletas ha sido una de las claves para el éxito del proyecto, según explica el  informe Caracterización y diagnosis del estado de integración de las zonas restauradas, realizado por un equipo de la Universidad de Barcelona. El estudio concluye que el proceso de restauración llevado a cabo en la mitad de la superficie de la cantera “ha sido el promotor de un cambio ecológico y ambiental en la zona”.

Buena parte de los taludes rocosos han alcanzado un alto grado de revegetación natural y ofrecen a las plantas rupícolas y a las aves un refugio idóneo para establecerse.

El informe destaca la integración ecológica lograda a través de la recuperación por isletas, “ya que han atraído a aves autóctonas que se han encargado de dispersar las semillas y acelerar el proceso de revegetación natural de toda la zona, posibilitando un alto grado de biodiversidad”.

“Los resultados del informe avalan que es posible recuperar este tipo de terrenos atendiendo a criterios de fomento de la biodiversidad, con especial atención a la flora y fauna más vulnerable”, ha declarado Oswaldo Pereda, girector de la planta de Lafarge Cementos de Montcada i Reixac.

La Universidad de Barcelona ha identificado más de 1.900 aves, de 53 especies diferentes, entre las que se encuentran ejemplares amenazados o vulnerables como el halcón o la perdiz común. En relación a los ejemplares más abundantes, el informe destaca la curruca cabecinegra (19,9%),  el petirrojo (11,1%) y el pinzón común (7,8%).



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