Pueblos indígenas
A pesar de su contacto cada vez más frecuente con los objetos del mercado, los pueblos indígenas que viven en bosques tropicales continúan dependiendo de los recursos forestales para su supervivencia, especialmente de la caza y la recolección de plantas silvestres, así como de materias primas para la fabricación de sus casas y enseres domésticos.
Sin embargo, las actuales políticas de conservación que apuestan por restringir el uso humano de los bosques tropicales para facilitar la protección de su diversidad biológica dificultan el acceso de las sociedades indígenas contemporáneas a estos recursos de primera necesidad. Así lo constata una investigación desarrollada por un grupo de científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) liderados por Victoria Reyes-García.
El proyecto ha permitido estudiar las formas actuales de conservación de la biodiversidad y su repercusión en las sociedades indígenas contemporáneas que residen en estas zonas, así como los cambios culturales y económicos que amenazan su estrecha relación con el medio ambiente y que, al mismo tiempo, ponen en peligro el éxito de la conservación. El estudio se ha realizado a partir del análisis de tres sociedades indígenas de Borneo, la cuenca del Congo y la Amazonia.
Un uso irregular de los bosques
Para obtener esta información, los investigadores vivieron durante año y medio integrados en las comunidades de los punan Tubu (cazadores recolectores de Borneo, en Indonesia), los baka (semi-nómadas de la cuenca del río Congo) y los tsimane (recolectores-horticultores de la Amazonia boliviana).
Sus estudios consistieron en monitorizar mediante sistemas GPS las actividades de los pobladores de varias comunidades, detallando a qué zonas boscosas se desplazaban y dónde pasaban más tiempo, cuantificando así el impacto de sus actividades. La caza y la recolección de plantas, tanto para su consumo como para la elaboración de viviendas y enseres domésticos (ratán o palma, por ejemplo) o el comercio, son las principales actividades que realizan en los bosques.
Como conclusión, los investigadores proponen a las autoridades la implementación de nuevos modelos de conservación de la biodiversidad que sustituyan el enfoque puramente biológico actual por un enfoque biocultural que tenga en cuenta a las sociedades indígenas que residen en estas zonas y sus necesidades para la subsistencia. Estos nuevos modelos deberían incorporar su cultura y sus sistemas de conocimiento promoviendo su transmisión entre generaciones, pero teniendo en cuenta el dinamismo de los sistemas de conocimiento y los desafíos a los que se enfrentan los pueblos indígenas.