Este proyecto ha recibido casi 7 millones de euros en el marco del tema de Medio Ambiente del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE.
La práctica de la conservación, respaldada por datos y recomendaciones fiables, ocupa un lugar destacado en la agenda de la Unión Europea. Una de las maneras más importantes de detectar los cambios en el medio ambiente y en las poblaciones naturales es centrarse en la vigilancia del medio ambiente y la biodiversidad. Los datos generados a partir de la vigilancia ayudan a los responsables de la toma de decisiones y a los investigadores a elaborar y evaluar las políticas de biodiversidad, la gestión de la conservación, las decisiones sobre el uso del suelo y la protección del medio ambiente.
Los socios de dicho proyecto explicaron que los pájaros son indicadores clave de la biodiversidad debido a su distribución y popularidad a escala mundial. Los datos indican que hay más de 600 programas de vigilancia en toda Europa. Dicha evaluación, publicada en la revista Nature Conservation, revela que en los 144 programas de vigilancia que incluyen a los pájaros han participado casi 28.000 personas, quienes han dedicado casi 80.000 días-persona a la vigilancia cada año.
“Aunque las prácticas de vigilancia de los pájaros son muy habituales entre los conservacionistas, éstas nunca se han caracterizado cuantitativamente”, explicó el autor principal, el Dr. Dirk Schmeller del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), uno de los socios del proyecto, en el reciente simposio del proyecto Scales celebrado en Glasgow, Reino Unido. “Elaboramos una encuesta específica basada en un cuestionario para analizar objetivamente los puntos fuertes y débiles del esfuerzo masivo dedicado a la vigilancia de pájaros en Europa. Los resultados indican un elevado margen de mejora de la vigilancia de pájaros en el diseño del plan de muestreo, el análisis de datos y la participación de voluntarios.”
Por su parte, el coordinador del proyecto, el Dr. Klaus Henle del Helmholtz-Zentrum für Umweltforschung GmbH (UFZ) comentó: “La variación en el espacio y el tiempo puede causar una desviación considerable en los resultados de la vigilancia, lo cual puede conducir a la toma de decisiones incorrectas con respecto a las políticas de conservación. Por lo tanto, puede ser fundamental proporcionar más información sobre la escala espacial o temporal a la cual se ha realizado la vigilancia.”
El consorcio observó que una manera de optimizar las prácticas de vigilancia es recopilar datos cuantitativos, incluido el número de individuos. Cabe destacar que la mejora de las prioridades de vigilancia y la integración de diferentes actividades relacionadas podrían fortalecer la asignación de recursos entre lugares de vigilancia independientes.
Los socios del proyecto Scales descubrieron que es indispensable realizar un muestreo repetitivo de las mismas localizaciones cada no más de doce meses. También sugieren que si el número de trabajadores es reducido deberían tomarse más muestras. El equipo recomienda que los coordinadores de la vigilancia hagan esfuerzos especiales para captar voluntarios, y que tengan en cuenta lo siguiente: 1) los caracteres específicos de la población local; 2) contar con una estrategia de inclusión de voluntarios interesados en la vigilancia; 3) mantener una buena comunicación con los voluntarios; 4) tener jerarquías bajas y tratar a los voluntarios con respeto; y 5) establecer vínculos con otras organizaciones de voluntarios para añadir valor al trabajo.
“No existe una fórmula específica para atraer y mantener a los voluntarios, pero es importante tener en cuenta que estas personas sacrifican su tiempo libre para dedicarlo a las actividades de vigilancia, que son de interés para toda la sociedad”, concluyó el Dr. Schmeller.