La clave está en retroceder en el tiempo. Así lo contempla el consistorio de Roma que, siguiendo el ejemplo de otras ciudades y municipios europeos, se plantea ahora usar rebaños de cabras y ovejas para cortar la hierba de sus parques. Esta medida fue anunciada a través de Facebook hace algunos días por el concejal de Medio Ambiente de la capital italiana, Pinuccia Montanari, y ya ha obtenido el beneplácito de la gran parte de la ciudadanía. Se espera que la iniciativa complemente el trabajo de los comités de ciudadanos que participan, a día de hoy, en la limpieza de las áreas verdes de la ciudad.
Los contrarios a la propuesta sostienen que, de aplicarse, la ciudad corre el riesgo de convertirse en un nuevo lugar para la trashumancia. Alternativamente, quienes la defienden aseguran que es una forma de aprovechar las 50.000 ovejas que se crían en Roma, una oportunidad que dicen, evita el uso de maquinaria, reduce el ruido y las emisiones de la misma, y garantiza la fertilización natural de las áreas verdes. Además, sostienen que la iniciativa promueve la actividad agrícola, su desarrollo y, en definitiva, abre un abanico de posibilidades a quienes se dedican al sector, tanto en el ámbito público como en el privado.
Asimismo, el papel reservado a las ovejas puede también ser interpretado por las vacas, sobre todo si se tiene en cuenta que estas son capaces de limpiar de forma muy eficiente grandes áreas. Esto resulta de gran utilidad en una ciudad como Roma que, con 44 millones de metros cuadrados de áreas verdes, no puede suplir con sus funcionarios la correcta y total gestión de las mismas.
Y es que se trata, a juicio de los expertos, de una alternativa moderna a la trashumancia, un nuevo modo de pastoreo que ya se ha hecho efectivo en otros enclaves como Berlín y que escapa de las herramientas eléctricas que existen ahora para cortar el césped pero que son igualmente efectivas. Pese a ello, restan aún por resolver algunos interrogantes relacionados con el cuidado de los animales, ya que necesitan un sitio en el que poder dormir y alguien que se encargue de la recogida de sus excrementos.
Esta no es la primera vez que se usan rebaños para mantener limpias las áreas verdes de algunos municipios. En Vallromanes -un pueblo situado a unos 25 kilómetros de Barcelona-, por ejemplo, hace algún tiempo que el pastoreo controlado ayuda a limpiar el monte de combustible vegetal y es un método barato que se usa no sólo para limpiar el bosque, sino también para prevenir incendios forestales. Ejemplo de ello tomaron en 2015 los gestores del proyecto europeo Life Montserrat, que también adoptaron la ganadería extensiva como técnica para hacer frente a la amenaza de los incendios forestales en esta emblemática montaña de Cataluña.
En total, desde el año 2015, los rebaños de vacas han limpiado un total de 32.000 hectáreas en zonas estratégicas alrededor de 14 municipios aledaños a la montaña. Esto ha sido posible gracias a la aportación, por parte de la Comisión Europea, de poco menos de dos millones de euros.
Adicionalmente, la Diputació de Barcelona, el Patronat de la Muntanya de Montserrat, el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, los Bomberos de la Generalitat, la Fundació Catalunya-La Pedrera y la Associació de Propietaris Forestals Entorns de Montserrat, han aportado una cifra equivalente a la proporcionada por el órgano ejecutivo de la Unión Europea.