Diez ministros de Medio Ambiente procedentes de diferentes países africanos reclamaron ayer que el Congreso Mundial de la Naturaleza que se celebra en Barcelona sirva para influir sobre los inversores económicos en el continente para que se comprometan a respetar y favorecer unas condiciciones medioambientales.
La ministra de Cooperación Internacional de Guinea Bissau, Silva Artur, reclamó que el congreso «presione» a los inversores que se quieren instalar en África, y que «influya» a los gobiernos.
Explicó también que existe «voluntad política» para tomar en consideración cuestiones medioambientales; sin embargo, destacó que «se choca» con cuestiones «conflictivas», como lo es la inversión.
«Pedimos al UICN influir a los gobiernos y donantes para que se invierta en África», dijo. La ministra señaló que desde los departamentos de gestión se les comunica a los dirigentes ecológicos: «Espabilaos como podáis para que los efectos del cambio climático sean lo más pequeños posibles».
En este sentido, concretó que en su país los programas medioambientales quedan «desintegrados» en «microprogramas», ya que a la hora de aplicarlos faltan recursos y se deben ir desplegando por partes. «El resultado son acciones difuminadas», dijo.
POBLACIONES CON NECESIDADES «ACUCIANTES»
El ministro de Medio Ambiente de Burkina Faso, Sawadogo Salifou, explicó hoy que en su país existe la voluntad de «promover y conservar» el medio ambiente; sin embargo, recordó que «existen necesidades acuciantes en la población».
Con esto, el ministro admitió que la preocupación medioambiental «parece ser el último eslabón de la cadena», a pesar de poseer bosques que desean conservar. El ministro apuntó que su país el que más elefantes tiene de África.
La ministra de Agua, Medio Ambiente y Turismo de Uganda, Eriyo Jesca, lamentó que, a pesar de que África «ha sido agraciada con muchos recursos», existen numerosos problemas de devastación como la deforestación, la degradación de los pastos y la contaminación atmosférica y acuática.
«Somos muy pobres», dijo, y apuntó que todos los recursos del continente, «se podrían utilizar para cambiar la vida de las personas» si no fuera por esos problemas de «devastación.
También intervinieron ministros de Medio Ambiente y altos cargos de Algeria, Gambia, Benin, Camerún, Zimbawe, y dos de Sudáfrica.