Conocer la biodiversidad del Sistema Central, la cordillera carpetana como todavía siguen llamándola algunos románticos, la espina dorsal montañosa de la península ibérica que se extiende desde las tierras de la provincia de Guadalajara hasta Portugal, es desde hoy más fácil y ameno gracias a la Guía de campo del Sistema Central de la editorial Raíces presentada ayer en el Real Jardín Botánico-CSIC de Madrid.
La Guía de campo del Sistema Central, de Modesto Luceño, Pablo Vargas y Bernardo García, editada por Raíces, viene a sustituir la Guía botánica del Sistema Central español, publicada en la primavera de 1991, que se ha quedado desfasada al cumplirse un cuarto de siglo desde su edición por los cambios experimentados en las ciencias naturales. Muchas de las especies señaladas entonces, han cambiado de nombre, como resultado de una nueva investigación evolutiva, mientras que otras se han descubierto en estos últimos años.
"En esta nueva publicación hemos incrementado la parte botánica y dedicado cierto espacio a resultados de otras disciplinas, como la zoología y la micología", comenta
Además de haberse hecho un esfuerzo por incluir muchas más sierras, por ejemplo las de Gata o Estrela, también se incorpora en este libro, presentado hoy en en real Jardín Botánico, una vasta información científica de animales y hongos. En esta nueva obra se citan más de 1.500 especies de hongos, animales, plantas y sus interacciones.
“Hemos creído necesario ofrecer una nueva obra antes que actualizar la ya añeja guía. En esta nueva publicación hemos incrementado la parte botánica y dedicado cierto espacio a resultados de otras disciplinas, como la zoología y la micología, con objeto de proporcionar una verdadera guía de campo”, apunta Modesto Luceño. Al ser prácticamente imposible abarcar la totalidad de plantas, animales y setas en una obra de estas características, los autores han primado las especies y hábitats más importantes, así como las zonas de media y alta montaña.
Una herramienta útil para todos los públicos
“El reto más importante a la hora de diseñar una obra de divulgación científica de estas características es compaginar los diferentes requerimientos del público aficionado a las ciencias naturales. Hemos pretendido que pueda servir de herramienta tanto para los que tienen un conocimiento limitado de los seres vivos como para investigadores, docentes o estudiantes interesados en la naturaleza viva del Sistema Central”, señala Pablo Vargas.
Al tratarse de una guía de montaña, “la flora y vegetación de las zonas basales ha merecido menos atención que la de la media montaña y, sobre todo, que la de los niveles superiores”, explica Bernardo García, que recuerda que en el libro priman las ilustraciones sobre los textos. El objetivo es facilitar el reconocimiento de las distintas especies por lo que se han incluido unas 2.500 fotografías, agrupadas en láminas al final de cada piso de vegetación, excepto los dos pisos superiores, mapas, figuras y esquemas.
Tras un prólogo que firma Enrique Rico Hernández, catedrático de Botánica en la Universidad de Salamanca, y una introducción que nos sitúa geográficamente y ofrece unas pinceladas de geología, bioclimatología y biogeografía, la parte central de la guía presenta los distintos pisos bioclimáticos donde se incluyen pinares, bosques de robles, hayedos, comunidades de ríos y gargantas, formaciones forestales autóctonas, setas o animales distribuidos en distintos apartados.
Una parte importante son las claves que la guía ofrece para la identificación de las plantas vasculares del Sistema Central y se completa con unos útiles anexos sobre la historia de las exploraciones en esta zona, tanto las que tuvieron un afán exclusivamente montañero en Gredos y Guadarrama como aquellas que, con un fin más científico, contribuyeron al conocimiento de la flora en estas montañas. Un glosario terminológico, con el propósito de ayudar al público menos avezado en el conocimiento de la naturaleza, y un índice de nombres científicos y vulgares completan el libro.
Además de los autores y el editor de la guía, Antonio M. Regueiro, el acto de presentación que se ha llevado a cabo en el Real Jardín Botánico de Madrid ha contado con la participación del director de este centro del CSIC, Jesús Muñoz. “He podido comprobar la correcta actualización de los términos y conocimientos botánicos, incluyendo la incorporación de numerosos datos paleobotánicos, genéticos y evolutivos. Esto no es de extrañar de los autores, que han demostrado una trayectoria científica sobresaliente desde sus inicios como discípulos de la antigua escuela botánica del Jardín Botánico de Madrid”, destaca el director del RJB.
Los derechos de autor, destinados a becas de estudio
La Guía de campo del Sistema Central, editada por Raíces, tiene un coste de 45 euros y se puede adquirir a través del correo electrónico administracion@distriforma.es, y en las principales librerías. Un aspecto importante es que, los tres autores han decidido renunciar a los ingresos económicos que les pudieran corresponder por la venta del libro y que estos sean destinados a becas de viaje para que jóvenes estudiantes sigan investigando en el Sistema Central.
Los autores
Modesto Luceño es catedrático de Botánica en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, donde desarrolla su labor docentes e investigadora desde el año 1999, tras haber enseñado e investigado durante años en países como Brasil, Suiza o Sudáfrica. Sus trabajos se centran, principalmente, en la flora del Sistema Central y la sistemática de la familia Ciperáceas, especialmente del género Carex.
Pablo Vargas es biólogo e investigador en el Real Jardín Botánico-CSIC, donde lleva más de 30 años investigando en flora, vegetación y evolución no solo de especies del Sistema Central, sino también de plantas mediterráneas, alpinas e insulares. Su grupo de investigación emplea técnicas y metodologías modernas, particularmente genética y filogenia, al servicio de reconstrucciones evolutivas de animales, plantas y sus interacciones.
Bernardo García se define a sí mismo como montañero metido a botánico, aficiones que vive apasionadamente, sobre todo en las montañas de su Ávila natal, en las que ha realizado numerosos hallazgos de novedades botánicas para la zona. Es asesor del proyecto Flora iberica y autor o coautor de diversas publicaciones y artículos de botánica y naturaleza, algunos en compañía de profesionales botánicos metidos a montañeros.