Dichos científicos, procedentes de Bélgica, Alemania, Países Bajos, Senegal, Sudáfrica, Suiza y Reino Unido, recibieron apoyo del proyecto financiado con fondos europeos BIOFRESH ("Biodiversidad de los ecosistemas de agua dulce: estatus, tendencias, presiones y prioridades de conservación"), financiado con 6.465.406 euros a través del tema "Medio ambiente" del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.
Las masas de agua dulce son los ecosistemas más amenazados en todo el planeta y, a pesar de que sólo cubren un 1% de la superficie del globo terrestre, albergan a un tercio de las especies conocidas y cerca de un tercio del total de vertebrados. El crecimiento de la población humana y el desarrollo económico no dejan de amenazar la salubridad de muchos de estos espacios, poniendo en peligro su capacidad para albergar biodiversidad y proporcionar servicios ecosistémicos beneficios para el ser humano como regadíos, saneamiento y alimento.
Este equipo internacional de investigadores solicita que se obtenga más información sobre el estado y la distribución de la biodiversidad de estos espacios, una labor que aumentará la eficacia de las inversiones en las labores de conservación y de la planificación de las mismas. Los descubrimientos del estudio se basan en una evaluación exhaustiva de la biodiversidad de las masas de agua dulce de África, el estudio más minucioso sobre la biodiversidad que se ha realizado jamás a escala continental.
En su estudio se cruzaron en mapas de rango datos sobre 4.203 especies de agua dulce y 3.521 especies terrestres de toda África con información sobre la cobertura de las zonas protegidas, la presencia de represas de gran tamaño, la pobreza rural y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en la que se clasifican plantas y animales amenazados con la extinción global así como otras especies en peligro crítico, en peligro o vulnerables. Una vez reunida toda esta información analizaron el estado, las amenazas y la protección de la biodiversidad en zonas de agua dulce.
De este modo descubrieron que el problema reside en la manera en la que se enfocan las investigaciones, pues la mayoría de los trabajos se destinan a especies terrestres denominadas "carismáticas". Las prácticas relacionadas con las especies carismáticas consisten en recabar apoyos para la protección de una especie popular concreta como por ejemplo el oso panda. Los grupos medioambientales suelen recabar dichas ayudas para la conservación del ecosistema en general sirviéndose de un animal como "especie de póster".
No obstante, en la práctica, tal y como se muestra en este estudio, al depositar tanto énfasis en especies carismáticas y terrestres, se quedan en un segundo plano los trabajos destinados a poner de manifiesto la distribución de las especies de agua dulce y las amenazas que les acechan. El equipo descubrió que las prioridades de conservación y los objetivos de inversión basados únicamente en el conocimiento que se posee sobre aves, mamíferos y anfibios pueden no bastar para especies de agua dulce como los peces, los moluscos y los cangrejos. A menudo, los planes de protección de los ecosistemas de agua dulce se formulan a partir de especies "representativas". No obstante, el equipo advierte de que así se les deja en una situación de indefensión frente a distintas amenazas antropogénicas y climáticas. Los ecosistemas de agua dulce son por naturaleza dinámicos y transfronterizos, lo que implica que sus necesidades de conservación no se solventan mediante zonas protegidas planificadas en función de ecosistemas terrestres.
En este estudio se señala un sesgo científico hacia las especies terrestres y carismáticas que fragmenta y crea vacíos en el conocimiento que se posee sobre los patrones y tendencias globales de la biodiversidad de las masas de agua dulce. En este sentido, el equipo solicita la realización de investigaciones científicas a medida de la biodiversidad de estas masas de agua y la concesión de fondos específicos.
La finalidad de BIOFRESH es generar una plataforma de información global para científicos y gestores de ecosistemas mediante la que sea posible acceder a todas las bases de datos disponibles que describan la distribución, el estado y las tendencias relacionadas con la biodiversidad de las masas de agua dulce del planeta. El proyecto, que dio comienzo en 2009 y estará en marcha hasta 2014, reúne a un total de diecinueve institutos científicos de Austria, Francia, Alemania, Hungría, Malasia, Filipinas, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y Reino Unido.