Estados Unidos, México y el Caribe afrontarán una muy activa temporada de huracanes, mayor de lo prevista en diciembre pasado, con la formación de 15 tormentas tropicales y ocho huracanes, de los cuales cuatro serán de gran intensidad, han pronosticado los meteorólogos.

Una temporada "mucho más activa" que la media registrada entre 1950 y 2000 amenaza a la cuenca atlántica, con una "probabilidad del 69 por ciento" de que algún ciclón de categoría mayor azote las costas de EEUU, dijeron Philip Klotzbach y William Gray, meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado.

El equipo de meteorólogos señaló en el informe divulgado que el pronóstico se basa en la influencia del fenómeno climatológico de "El Niño" (que produce una anómalo calentamiento de las aguas) y las "condiciones de debilitamiento" progresivo de "La Niña", que contribuye al desarrollo de ciclones en el Atlántico norte.

Ambos expertos pronosticaron en diciembre pasado la formación este año de 13 tormentas tropicales y siete huracanes, de los cuales seis serían mayores (categorías 3, 4 y 5 en la escala de intensidad Saffir-Simpson).

Una temporada media de huracanes se caracteriza por la formación de 10 tormentas tropicales y seis huracanes.

Las predicciones de los meteorólogos que vaticinaron también una intensa temporada de huracanes en el Atlántico para 2007 se cumplieron con la formación de 14 tormentas tropicales y seis huracanes.

La temporada de huracanes comienza el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre.

"El fenómeno de "La Niña" se ha debilitado considerablemente en la últimas semanas, mientras que se han registrado "claras anomalías" en el incremento de la temperatura de las aguas del Pacífico oriental", señaló Klotzbach en el informe.

La cuestión clave, prosiguió, es averiguar "si el calentamiento observado continuará durante toda la temporada de huracanes".

En ese sentido, resaltó que las "condiciones en la cuenca atlántica son bastante favorables para el desarrollo de una temporada de huracanes muy activa".

"Se observa -agrega el informe- que la superficie de las aguas en la costa de España y en el Atlántico oriental son ahora mismo muy cálidas", factores ambos que influyen en el desarrollo de la temporada de huracanes.

En cuanto al papel desempeñado por el fenómeno del calentamiento global en la formación de los letales huracanes de 2004 y 2005, los expertos señalaron que "el número general de ciclones y su intensidad no se ha incrementado en años recientes, excepto en el Atlántico".

En el Atlántico, el aumento del número de ciclones de gran intensidad responde "principalmente a un aumento de la circulación "thermohalina" (THC, por su sigla en inglés)", algo que no está "directamente" relacionado con la "elevación global de la temperatura de las aguas".

"Se cree que los cambios en la salinidad de las aguas inciden en el desarrollo de este mecanismo", apostilló.



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