Así lo ha explicado este miércoles el teniente Victor Manuel Ariza, uno de los pilotos del 43 Grupo que este verano han tenido que hacer un "esfuerzo importante" para atajar los incendios que afectaron a toda la geografía nacional. Dos de estos aviones han realizado hoy una exhibición en el embalse de Valmayor, en la localidad madrileña de Valdemorillo, en la que han mostrado sus capacidades con algunas maniobras, incluyendo la recogida y descarga de agua del pantano.
Este año, entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, los “apagafuegos” superaron las 2.000 horas de vuelo, una cifra que triplica la alcanzada en 2011, cuando también superaron el número de vuelos respecto al año anterior. De hecho, el teniente se ha remontado "a mediados de los 80" para recordar un verano tan complicado desde el punto de vista de los fuegos como el de 2012.
El número de fuegos, entre ellos muchos considerados "grandes incendios" por superar las 500 hectáreas, llevó a que el Ejército del Aire tuviera que utilizar al mismo tiempo más de los 12 “apagafuegos” que debe mantener operativos.
Desde Gerona a La Gomera
En concreto, al inicio de la campaña, en el mes de junio, coincidieron los incendios de Cortés de Payás y Andilla (en Valencia) con otro en Hellín (Albacete), que llevó a tener que hacer uso de 14 aviones, que realizaron 113 horas de vuelo en un solo día.
El 43 Grupo también hizo un importante despliegue para sofocar el incendio desatado en La Junquera (Gerona), donde participó con un máximo de seis aviones que hicieron un total de 104 horas de vuelo y 375 descargas de agua. Este fuego coincidió con el de Caminomorisco (Cáceres), lo que hizo que el 23 de julio casi la totalidad de la flota estuviera actuando.
El 11 de agosto volaron también hasta 13 aviones para apagar diferentes fuegos por todo el país: tres en La Gomera, cuatro en O Barco (Orense), dos en Uceda (Madrid), uno en Doñana (Huelva), uno en Cantabria, uno en Navas de Estena (Ciudad Real) y otro en Gerona.
Según ha explicado el teniente Ariza, los aviones pueden volar desde que amanece hasta que oscurece, pero las tripulaciones sólo pueden hacerlo nueve horas al día, en turnos de cuatro horas y media de vuelo. Esto implica que el personal deba estar “doblado”, para mantener equipos operativos todo el tiempo que los aviones puedan volar.
El número de incendios y la necesidad de operar al completo y superar incluso el número de aviones operativos establecidos ha hecho que la unidad "haya notado mucho" este "esfuerzo importante" que ha tenido que hacer su personal de vuelo y de tierra.
En total, el 43 Grupo cuenta con 170 efectivos, de los que 48 son pilotos, 24 mecánicos de vuelo y el resto mecánicos de tierra y tropa. Desde el 1 de junio al 30 de septiembre los aviones permanecen desplegados por toda la geografía: cuatro en la base principal de Torrejón de Ardoz, dos en Zaragoza, dos en Málaga, dos en Santiago de Compostela (hasta el 15 de agosto que se suma un tercer avión), uno en Pollença y otro en Albacete (que el 15 de agosto se desplaza a Galicia).
El resto del año todos los aviones están en la base aérea de Torrejón y el personal se centra fundamentalmente en el adiestramiento, la formación de personal nuevo y la instrucción en simuladores, aunque en ocasiones también tienen que actuar. De hecho, en los cinco primeros meses de este año hicieron 390 horas de vuelo, cuando el mismo periodo de 2010 se realizaron 387 y en 2011 un total de 275, de las que 130 fueron en mayo para sofocar un incendio en Ibiza.
Dependencia operativa de la UME
Con la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en 2005, los aviones “apagafuegos” del Ejército de Tierra pasaron a depender operativamente de esta unidad, aportando los medios aéreos más pesados y con más capacidad para transportar agua con que cuenta el Estado.
En concreto, los Bombardier CL-415 pueden cargar hasta 6.200 litros, mientras que los Canadair CL-215 T pueden llevar hasta 5.500 litros. Para recogerlos, acuden principalmente a embalses como el de Valmayor, en la localidad madrileña de Valdemorillo.