Exposición a contaminantes orgánicos e inorgánicos
Un grupo de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en colaboración con la Universidad de Bolonia, han evaluado el riesgo de intoxicación aguda y el potencial carcinogénico asociado a la exposición a contaminantes orgánicos e inorgánicos persistentes, muy prevalentes en el medio y que llegan a los individuos a través de la dieta. El estudio se llevó a cabo en 93 muestras de alimentos que incluían diversas especies de pescado (blanco y azul), cefalópodos y otros productos del mar. Se concluyó que los niveles de ingesta estimados para todos los compuestos fueron menores a la ingesta diaria admisible.
Como resultado de ese trabajo han elaborado un artículo de investigación titulado “Evaluación del riesgo a la salud humana asociado a la exposición a contaminantes orgánicos e inorgánicos a través del consumo de pescado y productos de la pesca en población española”, que ha sido publicado en la revista internacional "Science of the Total Environment", que tiene una gran relevancia en el campo de las ciencias medioambientales. No solo goza de un alto índice de impacto sino que además forma parte del primer cuartil de las revistas de su área.
En el trabajo se determinaron los niveles de 8 pesticidas organoclorados (incluyendo el DDT), 18 bifenilos policlorados, 7 hidrocarburos aromáticos policíclicos (incluyendo el benzopireno) y 3 elementos inorgánicos tóxicos: arsénico, cadmio y mercurio. El riesgo a la salud se estableció teniendo en cuenta los hábitos de consumo de la población española, tanto para adultos como para población infantil.
Los resultados mostraron que el pescado azul presentaba la mayor cantidad de pesticidas organoclorados, bifenilos policlorados y benzopireno. No obstante, los niveles de ingesta pueden considerarse bajos, excepto para el hexaclorobenceno y el arsénico. En todo caso, los niveles de ingesta estimados para todos los compuestos fueron menores a la ingesta diaria admisible. El riesgo de toxicidad aguda asociado al consumo de estos contaminantes a través de los alimentos estudiados también fue bajo. No obstante, se observó riesgo carcinogénico moderado asociado al consumo de pescado blanco (tanto en adultos como en población infantil) y de pescado azul (solo entre los adultos), fundamentalmente debido a los niveles de arsénico reportados.
El trabajo está firmado por Ángel Rodríguez-Hernández, María Camacho, Luis A. Henríquez-Hernández, Luis D. Boada, Norberto Ruiz-Suárez, Pilar F. Valerón, Maira Almeida González, Annalisa Zaccaroni, Manuel Zumbado y Octavio P. Luzardo, miembros del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Bolonia (Italia).
Los investigadores consideran que los resultados de este estudio pueden ser de utilidad para el mejor diseño de campañas de comunicación de riesgos dirigidas al consumo de pescados y mariscos, para así maximizar el binomio riesgo – beneficio del consumo de estos alimentos. Por lo tanto, consideran que los resultados son útiles para la Administración de Salud Pública. Además, los resultados son válidos para cualquier población humana. En Canarias, donde hay una alta ingesta de pescado y productos de la pesca, la importancia de este tipo de exposición y las consecuencias que tenga sobre la salud de las personas es, si cabe, mayor.
El Grupo de Investigación en Medioambiente y Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria tiene un amplio bagaje en el campo de las ciencias ambientales. Casi un centenar de publicaciones están disponibles en las principales bases de datos especializadas (PubMed o Scopus), incluyendo otras que se centran en la presencia de este tipo de contaminantes en leche y productos lácteos, carnes y verduras.