Plataforma Salvemos Doñana
Ecologistas en Acción ha suscrito el manifiesto lanzado por la plataforma Salvemos Doñana, junto a más de 100 organizaciones y casi 5.000 personas, y hace un llamamiento a todos los colectivos de cualquier índole y a la ciudadanía en general a adherirse a este documento, una declaración de intenciones y exigencias con el objetivo de detener el proyecto de almacenamiento de gas natural en el subsuelo del Espacio Natural Doñana y eliminar la amenaza que supondría para su integridad y buen estado el desarrollo de esta nueva actividad industrial.
El almacenamiento de gas en Doñana es un proyecto de Gas Natural Fenosa, empresa que ha tenido durante los últimos 30 años la concesión de la extracción de gas natural del yacimiento Marismas, que se encuentra en el subsuelo de Doñana. Ahora, una vez agotado el gas, la multinacional pretende utilizar esos depósitos naturales del subsuelo público para inyectar el gas importado procedente de Qatar, Nigeria y Argelia, en lugar de realizar las inversiones necesarias para construir depósitos en zona industrial, con el consiguiente ahorro, y ello para obtener las reservas suficientes para soportar la fluctuación de precios en el mercado gasístico.
El yacimiento Marismas ha sido dividido en cuatro partes para presentar cuatro proyectos diferenciados y, por tanto, que tuvieran que hacerse los necesarios informes de impacto ambiental por separado. Dos de los proyectos, Saladillo y Marisma Oriental, se encuentran dentro del Espacio Natural Doñana, y los otros dos, Marisma Occidental y Aznalcázar, afectan a Red Natura 2000. A ese respecto, tanto el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como el Comité de Patrimonio Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, han indicado en sendos informes que las evaluaciones de impacto ambiental de todos los proyectos deben incluir los efectos sinérgicos: hay que evaluarlos en conjunto como un todo y disipar cualquier duda científica razonable sobre su inocuidad para el agua, para la tierra y los ecosistemas.
Para Ecologistas en Acción las evaluaciones, además carecer de afección sinérgica, están incompletas puesto que adolecen de un estudio riguroso y suficientemente exhaustivo de la hidrología y las aguas subterráneas. Los almacenes donde se inyectaría el gas estarían a unos 800 o 1000 metros, es decir, por debajo del acuífero Almonte-Marismas que abastece de agua a los cultivos de la comarca y de agua potable a los municipios del Condado de Huelva. Este hecho podría suponer una contaminación de las aguas debida a los productos químicos utilizados en los trabajos de sondeo y la posterior inyección de gas.
Por otra parte, la organización ecologista recuerda que el escenario geológico de la Comarca de Doñana es la falla Azores-Gibraltar, zona tectónica activa con alto riesgo sísmico. Este punto fue ratificado por el geólogo de la Universidad de Huelva, Antonio Rodríguez, en la jornada informativa en Almonte del pasado 6 de octubre sobre la compatibilidad del almacén de gas con la conservación en Doñana. Esta información se publicó publicada en 2004 por el científico francés Marc André Gutscher en la revista Science, en el marco de un estudio que planteaba que se dispone de evidencia sobre la persistencia de actividad en esta falla, dado que hay en el suroeste de la Península Ibérica depósitos arenosos que se han acumulado en capas por deslizamientos submarinos debidos a terremotos como el ocurrido en Lisboa en 1755, donde murieron 60.000 personas en el sur de España y Portugal.
En definitiva, un escenario muy sensible a las actuaciones necesarias para la fabricación de un almacenamiento subterráneo de gas, dados los riesgos sísmicos que conlleva este tipo de infraestructura, como se pudo comprobar en 2012 en el yacimiento Castor, que tuvo finalmente que ser cerrado con la conclusión del Instituto Geográfico Nacional de que había relación directa entre los 400 seísmos acaecidos en el Mediterráneo y el proyecto gasístico Castor.