Durante toda esta semana, expertos de ocho países debatirán sobre el plan de acción y las estrategias necesarias para la conservación de los humedales altoandinos, ecosistemas que se distribuyen por Sudamérica a lo largo de la Cordillera de Los Andes y que son claves en aspectos como almacenamiento de agua y regulación de caudales, agricultura, ganadería, la estabilización de suelos y el equilibrio ambiental, entre otros ámbitos.
Reunidos en dependencias de la Cancillería en Santiago, representantes de Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y Costa Rica participan de la "X Reunión de la Iniciativa Regional de Conservación y Uso Sostenible de Humedales Altoandinos", cita que es parte de la Convención Ramsar y que es organizada por el Ministerio del Medio Ambiente en conjunto con Relaciones Exteriores.
En este encuentro se busca validar el plan de acción para la estrategia de conservación de estos ecosistemas en la región andina, para el período 2014-2020, así como acordar medidas que permitan realizar monitoreo y generar mayores medidas de protección a los humedales altoandinos.
Alejandra Figueroa, jefa de la División de Recursos Naturales del Ministerio del Medio Ambiente y coordinadora de la Estrategia Regional de Humedales Altoandinos, explica que dicho plan de acción apunta principalmente al fortalecimiento institucional, un incremento en el conocimiento de estos ecosistemas y el perfeccionamiento de las políticas públicas para incluir a las comunidades locales, y retornar a los beneficios que estas tenían de los humedales.
"En la zona norte, y particularmente en zonas áridas, históricamente las comunidades se sustentan y viven en estos entornos. No hay otro lugar donde se hayan desarrollado estas comunidades, que es donde hay agua. De los humedales altoandinos depende el pastoreo para sus animales, sus cultivos, la extracción de recursos para cestería, todas sus actividades se desarrollan en torno a estos ambientes", explica.
Ante la presión de la actividad humana y el cambio climático, hoy resulta clave determinar la situación en que se encuentran estos humedales, y las reales causas que han causado -en muchos casos- su deterioro. Por eso, un aspecto clave que se ha debatido en este encuentro es cómo incrementar la realización de estudios, investigación y monitoreo, y cómo estandarizarla para que sea de utilidad para todos los países.
"Si nosotros no presentamos datos a las autoridades, concretos, sistemáticos, realistas, es muy difícil que podamos cambiar conductas. Tenemos que entregar información que permita demostrar que efectivamente hay un cambio, que es acelerado y que corremos riesgos", afirma Alejandra Figueroa.
Chile ya ha avanzado en esta materia, y actualmente tiene res proyectos de investigación de estos humedales en la zona norte del país. Uno de ellos, en la Región de Atacama, es emblemático: por primera vez se realiza un monitoreo y seguimiento ambiental de estos ecosistemas dentro de un área protegida.
"Empezamos en abril a monitorear con instalación de estaciones climáticas, monitoreo acabado respecto de condición de caracterización hidrológica, de niveles de acuíferos, de tipos de vegetaciones, un monitoreo que nos permite entender las desviaciones y tener alertas tempranas. Eso es lo que queremos, que no se nos diga que los cambios en las condiciones naturales de estos ecosistemas se deben al cambio climático sin tener un diagnóstico efectivo", dice Figueroa.