Senderismo
Hasta cuatro millones de españoles practican senderismo, casi el diez por ciento de la población, una cifra que va en aumento a la par que crece un tipo de turismo que ya no se conforma con los destinos tradicionales de sol y playa. Sin embargo, según datos de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme), España aún está lejos de igualar la tendencia de otros países europeos, como Alemania, donde 40 millones de personas practican senderismo, Francia o Inglaterra, donde lo hacen 15 millones.
Según Fedme, más de la mitad de los deportistas federados practica senderismo como actividad exclusiva o preferente, por todo el territorio español y en cualquier época del año, con el consiguiente impacto económico, sobre todo, en el medio rural. Una actividad que permite además, añade la asociación, rehabilitar la red de caminos tradicionales -calzadas romanas, cañadas, itinerarios mineros, religiosos o vías de comunicación entre pueblos- que conforman un patrimonio testigo de la historia y la cultura. Y el tránsito por los espacios naturales protegidos o de especial valor medioambiental genera una relación "empática" entre ser humano y naturaleza, que convierte al visitante en un potencial defensor de los valores naturales.
Estos espacios están muchas veces "a las puertas de las grandes capitales" y se puede acceder a ellos "con una facilidad pasmosa", aunque mucha gente no sabe que existen ni que albergan especies emblemáticas y/o amenazadas, ha recordado Álvaro Díaz, del área de Educación Ambiental de SEO/BirdLife. Se trata de lugares a los que cualquier ciudadano puede acercarse, "tanto si busca el componente deportivo como si lo que quiere es disfrutar, descansar o desconectar", ha explicado, pues estos espacios aportan "beneficios constatados" para la salud, y muchos de ellos disponen además de rutas y senderos habilitados para personas con discapacidad.
La Federación de Montaña se encarga de identificar y marcar los senderos con objeto de que sean homologados, mediante una señalización completa que permita al senderista el autoguiado sin pérdida. El trazado debe estar exento de riesgos ajenos a los fenómenos naturales y debe contener información acerca del inicio y final del recorrido y de sus características físicas, como la distancia, el desnivel y el nivel de dificultad, entre otras.
Álvaro Díaz ha reconocido que los caminos habilitados, señalizados y con la información adecuada "ayudan mucho" y evitan molestias, "muchas veces no intencionadas", a determinadas especies vulnerables a la presencia humana. En su opinión, en España "estamos todavía flojos" con respecto a otros países de nuestro entorno con mayor tradición senderista, que disponen de una red de reservas naturales con rutas o carriles bici y donde el tan denostado concepto español de "dominguero" corresponde a un excursionista que también es "bichero".
"A nivel interno lo que nos falta es conciencia, que tengamos el mismo interés por los espacios naturales que tienen en Estados Unidos o en el Reino Unido", ha reconocido el técnico de SEO/BirdLife. Por otro lado, en España, que recibe gran cantidad de extranjeros interesados en turismo de naturaleza, "tenemos buenas infraestructuras en cuanto a alojamientos", pero aún faltan empresas especializadas en actividades relacionadas con los espacios, ha matizado.