SWICCA
El IIAMA-UPV participa desde noviembre de 2015 en el proyecto SWICCA, que busca crear un sistema de información europeo sobre indicadores climáticos para mejorar la gestión y planificación de los recursos hídricos.
Este ambicioso estudio,que cuenta con Joaquín Andreu como investigador principal, tiene una duración de dos años y está siendo coordinado por el Instituto Sueco de Hidrología y Meteorología. En la investigación, que forma parte del programa europeo Copernicus, participan 13 socios de 8 países distintos y tiene como objetivo poner en contacto a los proveedores de datos con investigadores y expertos en clima, y éstos a su vez, con los usuarios y gestores del agua de toda Europa.
Para conocer la realidad hídrica de las regiones implicadas en el proyecto se van a analizar toda una serie de indicadores como precipitaciones, evapotranspiraciones, temperaturas y caudales de los distintos casos de estudio considerados. En el caso del instituto valenciano, el investigador Joaquín Andreu, señala que “el trabajo se centra sobre la cuenca del río Júcar, participando en el diseño y revisión de indicadores”.
En estos momentos, se está recogiendo información primaria sobre el estado de la cuenca, para posteriormente desarrollar modelos estadísticos que permitan calcular los indicadores en la gestión del agua y los riesgos que tiene sobre ellos, el cambio climático. En este sentido, en primer lugar se debe comprobar que los datos alojados en la plataforma son adecuados y tienen relación con la información y experiencia que se dispone en el estudio de la cuenca del Júcar.
Programa Copernicus
El programa europeo Copernicus es un conjunto complejo de sistemas que recogen datos de satélites mediante sensores de tierra, aire y mar. Estos datos se procesan y proporciona a los usuarios información fiable y actualizada a través de servicios relacionados con las cuestiones ambientales y de seguridad.
Estos abordan seis áreas temáticas: tierra, marinos, medio ambiente, cambio climático, gestión de emergencias y seguridad. Los principales usuarios de estos sistemas son los políticos y las autoridades públicas europeas que necesitan la información para legislar en materia de medio ambiente o tomar decisiones críticas en caso de una emergencia, como desastres naturales o crisis humanitarias.