Todas las poblaciones de caballos salvajes que poblaban la Tierra se han extinguido. No queda ni un ejemplar vivo y no se han encontrado, al menos de momento, restos suficientemente antiguos que puedan revelar ni dónde ni cuándo desaparecieron.
Una investigación publicada en Science esta semana pone patas arriba el conocimiento que hasta ahora se tenía sobre la domesticación del caballo. Según revela, los que se consideraban los últimos equinos verdaderamente salvajes del planeta, los caballos Przewalski, que corren libres por las estepas entre Mongolia y China, son, en realidad, ferales. Descienden de los primeros caballos domesticados que se conocen y que están asociados a los Botai, una población que vivió al norte de lo que hoy es Kazajastán hace 5500 años.
Y no es la única sorpresa de las conclusiones de este estudio, liderado por el investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) francés, Ludovic Orlando. Tras analizar el genoma de 88 caballos, antiguos y modernos, incluidos 20 caballos Botai, procedentes de diferentes yacimientos en Eurasia y que datan de distintas épocas, los investigadores han descubierto que los Botai tampoco son los ancestros de los actuales caballos domesticados que conocemos, tal como se asumía.
“Este trabajo ha sido una enorme sorpresa, porque ha desmontado todos los dogmas asumidos desde hace años”, comenta a Big Vang Tomàs Marquès-Bonet, investigador Icrea y director del Institut de Biologia Evolutiva, un centro mixto de la Universitat Pomepu Fabra y el CSIC, que no ha participado en este estudio.
“Y arroja incógnitas muy interesantes. Por ejemplo, si aún existe algún ancestro vivo de los caballos domesticados o si se extinguieron sin dejar rastro, como podría ser que haya ocurrido con los lobos que dieron lugar a los actuales perros. O si la domesticación del caballo fue un solo evento o se produjeron múltiples domesticaciones simultáneas”, añade.
El estudio forma parte de un proyecto de cinco años financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés) que tiene por objetivo arrojar luz sobre el origen y la evolución del caballo, así como las distintas selecciones que realizaron diversas culturas para crear los equinos que hoy pueblan el planeta.
“La historia de la humanidad no se puede entender sin la historia de la domesticación del caballo”, afirma rotundo en una entrevista telefónica a Big Vang Ludovic Orlando, líder del trabajo. “Son los animales que más han influenciado la historia de la humanidad; sin ellos, la historia del ser humano hubiera sido otra”, remacha.