La sentencia del Alto Tribunal ha prohibido finalmente el asentamiento de estas instalaciones empresariales en una zona de tan alto valor ambiental. El juez dejó patente en la decisión que las 287 hectáreas de marisma no son compatibles con las pretensiones de la administración de crear una zona industrial y empresarial.
Conservar la zona
El juez ha considerado que las obras previstas desnaturalizarían irreversiblemente las características medioambientales de la zona. También ha recordado que las administraciones deben asegurar la defensa y conservación de estos espacios, y garantizar su uso público. Estos objetivos de la administración, según WWF, “no se concilian con una actuación que destruiría la marisma hasta el punto de hacer inviable su recuperación”.
Por último, la sentencia reconoce que estos usos que se pretenden construir en la zona de las marismas Las Aletas “puede asentarse en otra ubicación que no agreda de forma irreversible al medio ambiente”.
Opinión ecologista
La organización WWF está de acuerdo con la decisión del Tribunal que permitirá “salvar una de las zonas ambientalmente más castigadas de Cadiz”.
El proceso comenzó el pasado 16 de julio de 2007, cuando WWF se personó ante el Tribunal Supremo por apreciar que la creación en una reserva de una zona de uso industrial en el dominio público marítimo-terrestre que estaría infringiendo la Ley de Costas. El 3 de junio de 2008, formalizaba la demanda y el pasado jueves, se comunicó la sentencia.