Durante la última semana de abril, las lluvias han cubierto toda España. Según los expertos de Meteored, este cambio repentino en las temperaturas se atribuye principalmente a una borrasca fría procedente de Groenlandia.
Debido a ello, el impacto de esta borrasca se traduce en inestabilidad y un descenso generalizado en todo el país. Incluso la cota de nieve ha descendido hasta los 1000 metros en áreas montañosas del norte.
Por lo tanto, aún no es momento de guardar la ropa de invierno, ya que el final de abril nos depara una sorpresa climática inesperada: un regreso a la esencia del invierno.
La llegada de la nueva borrasca
Así pues, ayer, jueves, fue el primer día que notamos los efectos reales de la borrasca fría en algunas partes de España. La borrasca entrará por el Noroeste peninsular dejando lluvias en zonas del extremo norte, que serán más intensas en Galicia, Asturias y el noroeste de Castilla y León.
Las nevadas pueden pintar de blanco la Cordillera Cantábrica y los imponentes Pirineos durante esta última semana de abril. Este fenómeno ha sorprendido a propios y extraños, añadiendo un toque invernal a paisajes que, a estas alturas del año, suelen estar más asociados con la llegada de la primavera.
La borrasca afectara a toda España. A excepción del área mediterránea, donde se mantendrán condiciones más estables, se prevé un marcado descenso de las temperaturas en toda la Península, acompañado de vientos del sur en la Península y Baleares.
¿Qué es una borrasca fría aislada (BFA)?
Una borrasca fría aislada forma parte del ciclo de vida de una DANA, y en concreto cuando alcanza una fase muy madura. La principal diferencia es la presencia de una borrasca bien definida en superficie con su propio sistema de frentes
¿La BFA es producto del cambio climático?
La llegada de una borrasca fría procedente de Groenlandia ha traído consigo lluvias y nevadas inusuales para finales de abril en España. Este fenómeno meteorológico, que se ha manifestado con un descenso repentino de las temperaturas y una significativa inestabilidad atmosférica, ha afectado a todo el país, con especial intensidad en el noroeste peninsular.
La aparición de estas condiciones climáticas atípicas refleja la complejidad y la volatilidad del clima, fenómenos que se espera que sean más frecuentes y extremos debido al cambio climático. Si bien las borrascas frías aisladas no son inusuales por sí mismas, su incidencia y su impacto pueden ser magnificados por factores como el calentamiento global, que afecta la dinámica atmosférica y puede contribuir a la intensificación de eventos meteorológicos extremos.
En este contexto, la presencia de una borrasca fría aislada en España a finales de abril subraya la necesidad de continuar estudiando y abordando el cambio climático, así como de desarrollar estrategias de adaptación y mitigación para hacer frente a sus impactos cada vez más evidentes en nuestro entorno.
