El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que casi la mitad de los más de 650.000 afectados por los huracanes que han azotado Haití en las últimas semanas son niños, y alerta de que se necesita más ayuda para los menores y las familias, según un comunicado de la agencia de la ONU.
UNICEF, que calculó que más de 300.000 niños se encuentran entre los damnificados por “Hanna”, ya ha enviado los primeros suministros de ayuda al país y ha conseguido acceder a la ciudad de Gonaives, en el noroeste del país, que quedó completamente inundada, indica el comunicado.
Según UNICEF, las primeras informaciones apuntan que los daños ocasionados por los huracanes “Fay”, “Hanna” y “Gustav” exceden las pérdidas que sufrió la ciudad de Gonaives en 2004 tras el paso del huracán “Jeanne”, que irrumpió en esta población costera, causando inundaciones y aludes de lodo, dejando 2.500 muertos o desaparecidos y afectando de forma grave a 300.000 personas más, entre ellas 150.000 niños.
«El esfuerzo inicial para prestar ayuda a Gonaives es sólo el comienzo, se necesita más ayuda para los niños y las familias afectadas por los huracanes a lo largo de todo el país», dijo el director Regional de UNICEF para América del Sur y el Caribe, Nils Kastberg. UNICEF añadió que está trabajando en una evaluación exhaustiva de los desperfectos y las necesidades para preparar una petición de fondos que palien los efectos de los últimos huracanes.
La mayoría de las familias de las áreas afectadas han perdido sus casas y se alojan provisionalmente en escuelas, lo que impedirá que más de 40.000 niños haitianos puedan empezar con normalidad su año escolar, cuyo comienzo estaba previsto para el pasado lunes, 8 de septiembre, destaca UNICEF. El Ministerio de Educación de Haití ha pospuesto esta fecha hasta el 6 de octubre, a la espera de que remitan los efectos de los huracanes y las sucesivas lluvias.
Los suministros de emergencia que UNICEF distribuye por puente aéreo en el país incluyen mantas, tanques de agua potable, kits con productos de higiene, tabletas de purificación del agua y sales de rehidratación oral.
Además, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y UNICEF han movilizado 7,5 toneladas de comida y 60.000 litros de agua potable para ser transportadas por vía marítima a Gonaives. El agua está estancándose, lo que prolongará la situación de emergencia e incrementará el riesgo de enfermedades ligadas al agua en las próximas semanas.
La representante de UNICEF en Haití, Annamaria Laurini, recordó que «Haití es el país más pobre de América, y es extremadamente vulnerable a las inundaciones porque muchas laderas de las montañas han sido despojadas de árboles por las familias, en busca de madera para cocinar y calentarse. Y el período aún no ha terminado, por lo que cada huracán agrava el daño que ha ocasionado el precedente».
MÉDICOS SIN FRONTERAS
Por otro lado, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó de que los riesgos epidemiológicos son cada vez más elevados y que en los próximos días la población podría tener que hacer frente a numerosos problemas de salud. La organización precisó que en Haití los servicios médicos son de pago y en consecuencia las poblaciones más pobres tienen un acceso muy limitado, por eso los cuidados médicos básicos gratuitos constituyen una necesidad perentoria en las próximas semanas.
En un comunicado, MSF informó de que ha movilizado sus equipos en los alrededores de las ciudades de Jérémie y de Gran Goave, en el oeste del país, para asistir a las poblaciones afectadas por el Gustav y Hanna. La ONG explicó que ha puesto en marcha un dispositivo de clínicas móviles que presta servicios médicos en los refugios provisionales de estas ciudades y facilita donaciones de medicamentos a las autoridades sanitarias locales.
Otro equipo médico y logístico de seis personas se desplazó al norte de Haití con el fin de evaluar las necesidades médicas en los alrededores de esta zona, que es la más afectada por las incesantes lluvias. Las prioridades de este equipo son implantar un programa de atención primaria de salud y restaurar el acceso al agua potable. El principal problema ahora es acceder a estas zonas, ya que las vías de comunicación han quedado total o parcialmente destruidas, dijo la organización.