“Y ahora, ¿qué? Con lo a gusto que estábamos, ¿van a volver a abrir al tráfico en mi calle?”, se pregunta Javier Noriega, fotógrafo de 34 años y residente en Malasaña. Como él, muchos madrileños se han despertado con la duda sobre lo que ocurrirá con Madrid Central, área de tráfico restringido a los vehículos menos contaminantes y que ocupa la mayor parte del distrito de Centro.
Aunque la medida, una de las propuestas insignias del Ayuntamiento de Manuela Carmena, ha funcionado —el tráfico se ha reducido un 24% en la Gran Vía mientras que los gases contaminantes han descendido un 38%—, el candidato del PP José Luis Martínez-Almeida, que será previsiblemente el nuevo alcalde de Madrid, ha dicho que su primera acción será “abordar Madrid Central”.
El conservador lo ha explicado en una entrevista en la cadena SER: «Nuestra postura era clara y era uno de los ejes de nuestra campaña«, ha incidido Almeida, que ha hablado de “revertir” la medida.
Madrid Central
Ciudadanos pidió paralizar la medida el día antes de su puesta en marcha, pero no apuesta por anular las restricciones. “No lo revertiríamos directamente. No te puedes pasar toda la vida revirtiendo cosas”, ha dicho Begoña Villacís, número uno de la formación naranja al Ayuntamiento de la capital, que se plantea analizar la propuesta «y ver con qué nos quedamos y con qué no».
Eso sí, en Ciudadanos tienen claro que no va a quedarse como está: «Vamos a reformarlo». Para el partido ultra Vox —previsibles compañeros de viaje del centro derecha, ya que sus votos son necesarios para sumar la mayoría absoluta—, Madrid Central es su bestia negra. “A partir de mañana [por el lunes 27 de mayo] se acabó Madrid Central”, dijo su candidato Javier Ortega Smith tras conocerse el resultado de las elecciones y que las derechas tenían opción de gobernar.
Más allá de estas declaraciones grandilocuentes, el área de bajas emisiones Madrid Central emana de una ordenanza, la norma municipal de mayor rango, por lo que cualquier modificación exigiría mayoría absoluta en un pleno muy fracturado.
Además, esta iniciativa fue una de las medidas que el Consistorio puso en marcha para reducir la contaminación en la ciudad —cosa que, según los medidores municipales, se está consiguiendo— y para evitar una multa millonaria de la Comisión Europea, que había advertido a España de los altos niveles de polución de la ciudad.
Si se revirtiera, el proceso de sanción a España se volvería a activar. Por comparar, en la Comunidad de Madrid, donde no hay restricciones, la contaminación aumenta el doble que en la capital. Es más, incluso la plataforma de afectados por Madrid Central ya ha reculado y no pide la eliminación de la medida, sino solo «rebautizarlo».
Áreas de prioridad residencial
De hecho, aunque el PP municipal defiende «revertir» esta área de tráfico restringido, lo que pretende es volver al sistema de áreas de prioridad residencial (APR).
El PP puso en marcha cuatro APR (Embajadores, Cortes, Letras y Ópera) a las que solo podían entrar los vehículos de los residentes y los invitados por los residentes, así como algunas excepciones (como reparto); la misma idea que Madrid Central pero a más pequeña escala.
Esas cuatro APR han quedado integradas en Madrid Central, que es una zona más amplia. Además, Ana Botella (PP) ya intentó poner en marcha su propio Madrid Central cuando era alcaldesa, pero no lo llevó a cabo porque se le echó encima el final de la legislatura.
La única diferencia entre la propuesta de Botella y la de Carmena era que en la primera se permitía el tránsito por los grandes ejes del centro, como Gran Vía, Atocha y San Bernardo, mientras que en el actual sistema, esas vías también están cerradas al tráfico de los no residentes.
De hecho, tras la reforma de la Gran Vía, permitir el tráfico sin limitaciones en la avenida madrileña supondría un problema: tras su remodelación, las aceras se ensancharon y los peatones ganaron dos carriles a los coches.
A los madrileños les gustó el cambio: en una encuesta realizada a más de 200.000 personas, el 85% respaldó la intervención y que se diera prioridad al peatón frente a los coches. Solo el 14% votó en contra.
6,1 sobre 10
A Madrid Central los ciudadanos le pusieron una nota de 6,1 sobre 10 en una macroencuesta municipal sobre la satisfacción con la gestión municipal. Según Ecologistas en Acción, ha logrado reducir la contaminación en el centro, sin crear efecto frontera con los distritos adyacentes.
En abril bajaron los niveles de NO2 en 21 de las 24 estaciones de medición de la ciudad que en el conjunto de la red llega al 16%, mientras en los 23 puntos de medición regionales la bajada es del 6%, con las mismas condiciones climatológicas.
Según un análisis de los datos municipales de EL PAÍS, la circulación se ha evaporado de toda la almendra central (no solo del área de tráfico restringido) en el interior de la M-30 en los últimos cuatro años, siendo Madrid Central un impulso a esta tendencia.
Además, la Comunidad de Madrid denunció la entrada en vigor del área de tráfico restringido, pero el palo en la rueda no ha tenido por ahora refrendo de los tribunales. Madrid Central sigue adelante. Por ahora.
Fuente: PABLO LEÓN / MIGUEL ÁNGEL MEDINA / EL PAÍS,
Artículo de referencia: https://elpais.com/ccaa/2019/05/27/madrid/1558972512_235553.html,
Lo que está bien y hay pruebas de que se mejora hay que dejarlo y no por capricho se cambié