Amovens es la empresa española más importante del sector, y como tal, consideramos necesario proceder a algunas aclaraciones y precisiones. En los intentos actuales de analizar la situación, observamos muchas confusiones en los medios de comunicación y se habla a menudo de la regulación del consumo colaborativo como si este concepto respondiera a una realidad única, sin tomar en cuenta las especificidades de cada tipo de práctica colaborativa y de sus implicaciones legales y tributarias.
Algunas prácticas de consumo colaborativo pueden implicar un lucro por parte del usuario. Consideramos normal la necesidad de regular aquellas prácticas. Por ejemplo, este es el caso de las plataformas que permiten subarrendar una habitación de su casa por días. Aquellas plataformas permiten a particulares hacer negocio y conseguir ingresos. También es lógica la voluntad de regular otros tipos de prácticas interesantes como el crowdfunding, que pueden suponer relaciones económicas más o menos complejas entre las personas.
A menudo se utiliza el término “compartir coche” para referirse a empresas y prácticas que no tienen nada que ver con la que ofrece Amovens, y que sería muy lógico regular. En particular, en Estados Unidos, algunas empresas como Lyft fomentan una actividad que se asemeja a convertir a los usuarios en taxistas ilegales: en aquellos casos, los conductores sí realizan un tipo de actividad profesional y remunerada sin tener el permiso para hacerlo. Este tipo de empresa no existe en España.
En el caso de compartir coche, si se respeta un reparto aproximado de los gastos entre los usuarios, el conductor no hace negocio sino que comparte los gastos con sus pasajeros. Como en el caso de dos amigos que compran una tarta entre dos y ambos pagan la mitad. Dentro del sector, la política de Amovens consiste en sugerir a los conductores que ofrecen plazas en sus coches un precio razonablemente bajo de tal forma que no ganen dinero, sino que compartan sencillamente los gastos del viaje.
Amovens
En este sentido, ante la ley, no debe suponer ninguna diferencia el hecho que las personas que comparten los gastos de un viaje en coche sean familiares, amigos, o se hayan conocido a través de una página Web para compartir coche. Ya que no se trata de una actividad económica o comercial, es complicado que el Estado entre a regular el vínculo entre las personas que comparten coche sin infringir la libertad de los ciudadanos.
Por cierto, Amovens no percibe ninguna comisión sobre esta partición de gastos entre usuarios y Amovens no tiene previsto convertirse en un servicio de pago para los usuarios. Así que no hace negocio con los importes intercambiados por los usuarios. El modelo de negocio de Amovens consiste en (1) ofrecer plataformas personalizadas de coche compartido para empresas, universidades y administraciones públicas interesadas en fomentar esta práctica; y (2) los patrocinios de Amovens.com.
Como empresa española, Amovens cumple con todas sus obligaciones tributarias. Las administración pública (tanto nivel estatal, como autonómico y municipal), ha reconocido en numerosas ocasiones los beneficios de esta práctica para la sociedad y por esto ha decidido promoverla activamente.
En 2011, el Ministerio de Industria realizó una campaña de sensibilización promoviendo las empresas del sector y Amovens cuenta entre sus colaboradores y clientes tanto ayuntamientos como comunidades autónomas. Y si tenéis cualquier duda o comentario, Amovens siempre hace todo lo posible para contestaros lo más rápidamente.