Alcanzar una movilidad sostenible, eficiente y accesible, que mantenga la atmósfera lo mas limpia posible y garantice el derecho a la salud pública, es uno de los principales desafíos de las grandes ciudades en los próximos años y un reto que los ciudadanos deberían aplicar a su rutina diaria por múltiples razones.
Combatir la contaminación fomentando la movilidad sostenible
El pasado mes de abril, en las semanas más fuertes de confinamiento por la pandemia, la contaminación atmosférica en Madrid se redujo un 68% y en Barcelona un 65%, una situación que los ayuntamientos de las grandes urbes pretenden mantener fomentando la movilidad eléctrica o las áreas de centralidad para evitar las medidas restrictivas de tráfico de años anteriores.
Atascos
Existen españoles que pasan más de 17 horas al año de media en metidos en atascos de tráfico (42 horas anuales, en el caso de Madrid y Barcelona), con la correspondiente pérdida económica y de tiempo que eso representa.
Frente a ello, el transporte público -y en especial el Metro- es una alternativa de evitar las aglomeraciones de tráfico en horas punta, lo mismo que bicicletas, motos eléctricas o patinetes, que poseen carriles reservados en las grandes ciudades para facilitar sus desplazamientos.
Ruido
La contaminación sonora es, según la Sociedad Española de Acústica (SEA), la segunda causa de muerte en cuanto a los agentes contaminantes, después de la polución del aire, y representa también uno de los problemas más graves de las grandes ciudades.
Se calcula que actualmente circulan por España unos 28.000 vehículos eléctricos y se espera multiplicar por cinco esta cifra para 2020. El objetivo de que antes de 2025 la mitad de los coches que se vendan en España se muevan por electricidad y sean casi silenciosos, una circunstancia que cambiaría el mapa de los ruidos.
Aparcamiento
El problema de aparcamiento de vehículos en las grandes ciudades se ha visto agravado en los últimos tiempos con la llegada de las áreas de bajas emisiones, que han limitado aún más las posibilidades de estacionamiento de los coches particulares de combustión en la almendra central.
Por el contrario, cada vez son más las zonas de estacionamiento delimitadas y reservadas en las grades ciudades a bicicletas, patinetes, motos y vehículos eléctricos, muchas de las cuales están situadas junto a grandes empresas o intercambiadores de transporte para favorecer la movilidad de los trabajadores.
Salud y ejercicio físico gracias a la movilidad sostenible
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos un 60 % de la población mundial no camina lo suficiente ni realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios en la salud, lo que provoca graves enfermedades como la obesidad, el sobrepeso, el colesterol o la diabetes e incluso hace que aumente el riesgo de mortalidad
En cambio, las asociaciones ciclistas aseguran que pedalear o desplazarse a pié con regularidad reduce la hipertensión, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los derrames cerebrales o ciertos tipos de cáncer o diabetes y es una buena manera de combatir el sedentarismo del vehículo privado y de hacer un sano ejercicio.
Áreas de bajas emisiones aumentando la movilidad sostenible
En las denominadas áreas de bajas emisiones (por ejemplo, Madrid Central) solo está permitido el acceso de vehículos de residentes, personas con movilidad reducida y servicios de seguridad y emergencia. Los que posean distintivo ambiental 0 emisiones, pueden circular y estacionar sin restricciones; los ECO, lo pueden hacer en horario regulado un máximo de 2 horas y los de combustión y distintivo C o B solo pueden entrar para aparcar en un aparcamiento público o privado de uso dotacional.
Los vehículos de transporte público y de micromovilidad (bicicletas, patinetes o motos eléctricas) pueden circular y estacionar libremente en estas zonas de bajas emisiones.
Mantenimiento, combustible y tiempo con la movilidad sostenible
El precio del gasoil o de la gasolina (aproximadamente 1,06 y 1,16 euros/litro, respectivamente) es más elevado de lo que cuesta repostar un coche eléctrico (alrededor de 1,20€/100 km) y, en cualquier caso, el mantenimiento de un vehículo de combustión es mucho mayor que el de uno de dos ruedas con o sin motor, y significativamente más caro que lo que cuesta un billete metro o de autobús.
Hay que considerar además que viajar en cualquier medio de transporte público ofrece la oportunidad de leer, estudiar, escuchar música o realizar actividades imposibles de ejecutar cuando se conduce un vehículo.
Fuente: EFE VERDE,
Artículo de referencia: https://www.efeverde.com/noticias/diez-razones-movilidad-sostenible/,