La celebración de el Día sin automóvil ha cobrado mucha importancia ciudadana llegando a casi todas las partes del mundo.
Desde 1974 diversos gobiernos europeos ya tuvieron la idea de celebrar un día sin coches ante la crisis energética que sufrían y aunque comenzaron a hacerlo, la experiencia no volvió a repetirse hasta mediados de los años ochenta, por iniciativa de las organizaciones ecologistas.
Finalmente, el Día oficial se establece el 22 de septiembre del 2000, y desde entonces todos los años se repite con el fin de promover un trnasporte limpio y sostenible en las ciudades.
La últimas propuestas surgen a finales de los años noventa y se dirigen especialmente a las jornadas cruciales para el tráfico: los días laborables.
El principal objetivo de este día es potenciar el transporte público como medio alternativo y concienciar a los ciudadanos de los efectos que los automóviles tienen sobre el medio ambiente.
Los promotores principales son las instituciones europeas y los gobiernos de varios países, aunque también existen aisladas pero valiosas aportaciones de movimientos sociales.
Se refleja así el cambio en el discurso dominante sobre la movilidad urbana; un cambio que se había venido produciendo desde el inicio de la década a través de diversos documentos oficiales, los cuales alertaban sobre los problemas ambientales del automóvil y sobre la necesidad de cambiar las políticas de tráfico en las ciudades.
Hoy en muchas ciudades españolas se llevarán a cabo acciones o actividades relacionadas con la movilidad sostenible. Además, por su parte, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, como reconocimiento a la labor que desarrollan los ayuntamientos, las empresas y organizaciones y los medios de comunicación en la promoción de los valores de la movilidad sostenible, otorgará los Premios de la Semana Española de la Movilidad Sostenible 2015