Noruega se ha propuesto llegar a la emisión de carbono cero para 2050. Teniendo en cuenta que 9 de cada 10 personas respiran aire contaminado y la polución causa 7 millones de muertes anuales (tantas como todos los cánceres), según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se hace exigible revertir esta situación. Noruega ha pisado a fondo el acelerador hacia las cero emisiones y su determinación puede ser todo un ejemplo para allanar el camino a otros países en la búsqueda de un modelo 100% eléctrico.

La sustitución de los vehículos gasolina o diésel por vehículos eléctricos en las ciudades es una de las medidas que pueden acabar con una fuente constante de emisión de CO₂ a la atmósfera, principal causante del cambio climático.

“De las 32,5 gigatoneladas mundiales de emisiones contaminantes (AIE), el 61% provienen del sector transporte, por eso es importante trabajar en esta línea para mejorar la calidad del aire que respiramos en nuestras ciudades”, señala Rodrigo Ballesteros, consejero comercial adjunto de Innovation Norway.

El Avance del Inventario de Emisiones GEI recoge que, en 2017, en España se produjo un incremento del 4,4% de los gases de efecto invernadero respecto a 2016, lo que supuso una emisión total de 338,8 millones de toneladas de CO2. Un 26% (unos 88 millones de toneladas) correspondieron al sector transporte.

Noruega

En Noruega la cifra total de toneladas de CO₂ en 2017 se sitúa en unos 52,4 millones, pero con las medidas adoptadas en su parque automovilístico han logrado reducir un 1,7% los gases de efecto invernadero, según indican los datos del centro nacional de estadísticas del país Statistisk Sentralbyra (SSB).

Los resultados le dan la razón, ya que en 2017 lograron un nuevo éxito en su cruzada contra la contaminación: más de la mitad (un 52,17%) de los coches más vendidos el año pasado eran eléctricos o híbridos, lo que representa actualmente algo más del 10% (270.000 vehículos, de los cuales 160.000 son eléctricos y 80.000 híbridos) de los 2,7 millones de vehículos que existen ahora mismo matriculados en Noruega.

Las expectativas son halagüeñas para este 2018 pues, según datos del Consejo Asesor de Tránsito Vial de Noruega, el porcentaje de ventas de vehículos eléctricos, híbridos e híbridos enchufables alcanza casi el 60% (un 58,19%). De esta manera, el país escandinavo es actualmente el que cuenta con mayor número de este tipo de vehículos per cápita del mundo.

Ventajas y medidas a favor del ciudadano

Para llegar hasta aquí han tenido que adoptar medidas severas, pero también incentivos trasladados a la ciudadanía de un país en el que viven poco más de 5,2 millones de personas.

“Desde 2015 llevamos aplicando medidas eficaces para revertir una situación energética que está provocando un daño irreparable al planeta”, señalan desde Innovation Norway.

Este ámbito de actuación se ha producido en varios frentes. El primero de ellos en el político, donde el compromiso top-down por parte de todos los dirigentes, con una hoja de ruta definida y plazos cumplidos, ha sido clave para alcanzar el objetivo de acabar con los vehículos contaminantes (gasolina y diésel) en 2025 y reducir al 40% las emisiones de CO₂ para 2030.

El segundo punto de esa hoja de ruta, y quizá el más relevante, han sido los incentivos fiscales que el gobierno ha otorgado a aquellos ciudadanos que han adquirido un coche eléctrico.

Unas ayudas que se traducen en exenciones de impuestos de compra e importación, del 24 % de IVA y del pago de peajes en carreteras y ferris, a los que se añaden otros como un impuesto de circulación muy bajo, aparcamiento municipal gratuito en las ciudades o una mayor accesibilidad al carril-bus, entre otros.

Gobierno noruego

El gobierno noruego ha confirmado que todas estas ayudas se mantendrán sin cambios hasta 2020, momento en el que serán revisadas para ampliarlas o eliminarlas.

El tercer ámbito de actuación ha sido el tecnológico. De hecho, “sin una verdadera apuesta por la inversión en infraestructuras de recarga no habría sido posible disponer de esta importante cifra de vehículos eléctricos”, asegura Rodrigo Ballesteros.

Actualmente, Noruega cuenta con más 10.000 puntos de recarga públicos, de los cuales 2.000 se sitúan en la capital, Oslo, y tiene prevista la instalación de otros 600 puntos antes de que finalice el año.

Este empujón en la implantación de recarga rápida se lleva produciendo desde 2016 y hoy, la red cuenta con estaciones de carga rápida multiestándar cada 50 Km a lo largo de los 7.500 km de las principales carreteras del país.

A estos incentivos se añade una ventaja climatológica que influye también en el éxito de la implantación de este modelo 100 % eléctrico. Los recursos naturales del paisaje escandinavo permiten que el 98% total de la producción provenga de energías renovables, especialmente de la hidroeléctrica (96%), seguida de la eólica (2%) y la biomasa.

Mayor productor europeo de energía renovable

Este hecho convierte a Noruega en el mayor productor europeo de energía renovable, algo que le ha permitido adquirir una gran experiencia en I+D para buscar soluciones sostenibles aplicadas al transporte.

Asimismo, las bajas temperaturas del país favorecen la mayor durabilidad de las baterías, “aunque todavía se sigue trabajando en perfeccionar las prestaciones de éstas y de los vehículos”, puntualiza Rodrigo Ballesteros.

Por último, la hoja de ruta incluye factores culturales, es decir, las principales motivacionesque tienen los noruegos a la hora de adquirir un coche eléctrico o híbrido.

En el 61 % de los casos se debe a las razones económicas y las facilidades anteriormente mencionadas, seguido de la concienciación medioambiental para el 21%.

“En general, los dueños de vehículos eléctricos se sienten muy satisfechos y sirven de inspiración a otros usuarios potenciales”, asegura el consejero comercial de Innovation Norway.

Además, “aunque gran parte del cambio se ha debido a incentivos económicos y a los beneficios demostrados de la movilidad eléctrica (menos emisiones, menos contaminación, ruido, etc.), actualmente estamos apreciando que la tecnología (productores de automóviles y de baterías), así como las infraestructuras, están cogiendo cada vez más peso en el tejido industrial y social”, añade Grethe Bergsland, directora de Innovation Norway Spain.

Retos y proyecto de futuro

Por tierra, mar y… aire. El modelo 100% eléctrico que persigue Noruega es ambicioso, pues su compromiso medioambiental quiere abarcar todo el espectro del transporte por diferentes vías, la primera la terrestre.

Además de los vehículos eléctricos, la estrategia pasa por que los autobuses urbanos y furgonetas ligeras nuevos sean cero emisiones en 2025. En cuanto a la red ferroviaria, hasta la fecha se ha logrado que la electrificación sea del 78%.

A este trabajo en tierra se incluye el reto de la construcción verde, por el que Noruega ya ha desarrollado estándares de construcción de futuros proyectos de obra pública con maquinaria y equipos de emisiones cero.

Mar

Por mar, el buque Ampère inició este cambio tecnológico en 2015 al convertirse en el primer ferri 100% eléctrico que reduce en un 96% las emisiones de CO₂ y en un 80% los costes de fabricación. Desde entonces, otros cuatro transbordadores eléctricos se han puesto en funcionamiento y hay otros 62 en camino.

El primer objetivo será lograr que un tercio de las embarcaciones noruegas sean eléctricas en 2021, y para 2030, que el 40% de los barcos funcionen con biocombustibles o buques de baja o cero emisiones. En esta transición hacia el modelo eléctrico también entra el tráfico aéreo nacional, para el que el gobierno noruego planea que todas las aeronaves sean eléctricas en 2040.

Para Rodrigo Ballesteros, el modelo 100% eléctrico que plantea Noruega no se circunscribe sólo a su territorio, sino que puede, y debería, implantarse en otros países, “siempre y cuando exista un verdadero compromiso político y los recursos necesarios para realizar la inversión en una infraestructura que permita crear un mercado estable y rentable”.

Ahora bien, en paralelo, “el estímulo de los compradores juega un papel fundamental” y ahí también radica el éxito de un modelo que ha acelerado el cambio, de 5 a 10 años, hacia la emisión cero.

Fuente: EL MUNDO / Ana Caballero,

Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/energias-renovables/noruega-hacia-un-modelo-de-movilidad-100-electrica,



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