La necesidad de soluciones sostenibles en el control de calidad del agua potable ha llevado a la creación del proyecto B3CLAB, una iniciativa liderada por el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) que busca reemplazar las botellas de plástico no biodegradable utilizadas en laboratorios por alternativas biobasadas y biodegradables.
Un Problema de Consumo Masivo de Plástico
El control de calidad de las aguas de consumo humano es fundamental para garantizar la salud pública. Este proceso implica la toma de muestras para su análisis en laboratorios, lo que genera un consumo masivo de botellas de plástico.
En 2022, un estudio preliminar realizado por Aguas de Alicante, junto con otros tres laboratorios del grupo Agbar, estimó un consumo anual de 125.000 botellas de polietileno. Esta cifra revela el impacto ambiental significativo asociado al uso de plásticos de origen fósil, que, además de su contribución a la contaminación por plásticos, enfrentan desafíos en su gestión como residuos.
La Solución: Bioplásticos para una Economía Circular
Para abordar este problema, Aguas de Alicante, Labaqua, Assur Medical, y la Universidad de Alicante unieron fuerzas con AIMPLAS en el proyecto B3CLAB. Este esfuerzo conjunto, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE+i) y la Agencia Valenciana de la Innovación con fondos europeos FEDER, tiene como objetivo desarrollar botellas fabricadas con biopolímeros biodegradables.
Retos en el Desarrollo de Bioplásticos
Juan Francisco Ferrer, investigador principal del Laboratorio de Microplásticos en AIMPLAS, explicó que uno de los principales obstáculos para la adopción de bioplásticos en laboratorios es la necesidad de cumplir con propiedades mecánicas y físicas exigentes, además de lidiar con costes y problemas en la gestión de residuos. Además, los biopolímeros suelen presentar limitaciones térmicas durante procesos como la inyección o extrusión, lo que complica su procesamiento.
«Nuestro objetivo es desarrollar una botella biodegradable que cumpla con los estándares requeridos y pueda procesarse de manera eficiente», afirmó Ferrer. Este avance permitiría sustituir los polímeros petroquímicos por opciones biobasadas, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y cero emisiones netas para 2050.
Innovación y Sostenibilidad desde AIMPLAS
AIMPLAS es una organización sin ánimo de lucro que combina la investigación, la innovación y la sostenibilidad para ofrecer soluciones personalizadas al sector de los plásticos. Como miembro de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT), AIMPLAS trabaja en proyectos de I+D+i, formación y servicios tecnológicos, apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
El proyecto B3CLAB no solo busca reducir el impacto ambiental, sino también promover una economía circular que fomente el uso de recursos renovables y minimice los residuos plásticos. «Con esta iniciativa, damos un paso adelante hacia soluciones que beneficien tanto al medio ambiente como a la industria», concluye Ferrer.
Conclusión
La transición hacia botellas biobasadas y biodegradables representa un avance significativo en la reducción del impacto ambiental del control de calidad del agua potable. Iniciativas como el proyecto B3CLAB demuestran que la colaboración entre empresas, universidades y centros tecnológicos puede liderar el camino hacia un futuro más sostenible, sentando las bases para una industria comprometida con el medio ambiente y la salud pública.