SIGAUS, el sistema integrado de gestión que se encarga de recuperar y gestionar los aceites industriales usados que se generan en España, recogió durante el pasado año 4.309 toneladas de este residuo en Aragón. Cumpliendo con los objetivos ecológicos legales, la totalidad de estos aceites usados procedentes de vehículos y maquinaria industrial fueron valorizados y destinados a los distintos procesos de tratamiento para su aprovechamiento como materia prima, evitando con ello su impacto ambiental.

En Aragón se consumieron durante 2013 un total de 8.314 toneladas de aceites industriales, lo que representa el 3,10% de la cantidad total de lubricantes comercializada en España por las empresas fabricantes adheridas a SIGAUS. Por sectores, la mayor demanda se dio en el sector de automoción con un 55,2% (4.591 t), mientras que un 42,2% (3.507 t) del consumo fue en el sector industrial, empleándose el 2,6% restante (216 t) en otros usos aceites para pequeña herramienta, aerosoles multiusos, compresores o engrase de cadenas, son algunos ejemplos.

La procedencia del aceite industrial fue mayoritariamente de fabricación nacional, con un 85,2% del total puesto en el mercado aragonés. El 14,8% restante procede de la importación o adquisición intracomunitaria, que respecto a 2012 creció en términos relativos un 5,46%, especialmente gracias a la demanda del sector industrial (15,5%), más activo en la importación que el sector automoción (14,8%).

El consumo de estos aceites, tanto por los vehículos como en procesos y maquinarias industriales, generó durante el pasado año en esta comunidad 4.309 toneladas de aceites usados, que SIGAUS recogió y gestionó conforme a la legislación medioambiental vigente (Real Decreto 679/2006). Para la recuperación del residuo, la entidad pone en marcha un complejo proceso operativo que es controlado a través de un Sistema de Información Tecnológico (SIT) específico, donde se registran a diario todas las operaciones de gestión de aceites usados que se llevan a cabo en toda España por parte de su red de empresas gestoras. Este instrumento permite monitorizar los movimientos de los aceites usados que se generan en cualquier lugar del país, trazando el residuo desde su productor inicial (talleres, industrias) hasta su gestión final.

Gracias a este control se puede acreditar la correcta gestión del residuo, así como la reducción del impacto ambiental que de lo contrario podría provocar por su gran poder de contaminación. Si el aceite usado es debidamente extraído y almacenado puede ser valorizado en su totalidad, aportando importantes beneficios medioambientales en cuanto al aprovechamiento de los recursos contenidos en él, ya sean materiales o energéticos, suponiendo un importante ahorro de materias primas.

El aceite industrial usado como materia prima

Del volumen total de residuo que SIGAUS recuperó en Aragón durante 2013, el 100% fue valorizado, destinando a procesos de regeneración 1.081 toneladas, permitiendo la producción de 720 toneladas de aceites base para la formulación de nuevos lubricantes (con la regeneración de 3 litros de aceite usado es posible obtener 2 litros de base lubricante).

Otro valor medioambiental añadido de este tratamiento —establecido como prioritario por la legislación— es el efecto favorable sobre el cambio climático, ya que se estima que por cada tonelada de aceite industrial usado destinado a regeneración se evita la emisión a la atmósfera de 3 toneladas de CO2 que provocaría su utilización como combustible. Así, con la cantidad de aceite usado regenerada procedente de esta comunidad se evitó la emisión de 3.242 toneladas de CO2 a la atmósfera, una cantidad de gases equivalente a la que absorben 613 hectáreas de árboles.

Aprovechamiento energético

Cuando el aceite usado no puede ser regenerado, el segundo tratamiento viable en España es la valorización energética, es decir, la producción de un combustible alternativo a partir del aceite usado previamente tratado, de similares cualidades al tradicional fueloil, útil en muchos tipos de industrias como cementeras, yeseras, fábricas de cerámica, papeleras, asfaltos, áridos o aglomerados, cuyos procesos requieren utilizar hornos trabajando a altas temperaturas y con un importante gasto energético.

El pasado año se destinaron a este tratamiento 3.229 toneladas de las recuperadas en Aragón, que fueron valorizadas energéticamente, generando una energía equivalente a 35 GWh (se estima que 1 litro de aceite usado procesado como fueloil contiene 10,84 kWh de energía), cantidad suficiente como para abastecer el consumo de 9.555 hogares de tipo medio.



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