Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de publicar un estudio en la revista Journal of Hazardous Materials comparando los niveles de toxicidad de bolsas de plástico compostables, bolsas de plástico convencional y otras de plástico reciclado en células de peces cebra.
Los resultados del estudio, a pesar de ser preliminar, revelan una mayor toxicidad en las bolsas de plástico compostables que en las bolsas de plástico convencional y reciclado. El alto nivel de toxicidad en las bolsas compostables aumenta con la fotodegradación, es decir, al incidir los rayos ultravioletas en ellas.
¿Qué se entiende por «plástico»?
Los plásticos son materiales sintéticos que se obtienen mediante reacciones de polimerización de recursos naturales como el carbón, la celulosa, el gas natural, el petróleo y la sal común.
Según sus características, existen dos grandes tipos de plásticos:
¿Qué diferencia hay entre biodegradable y compostable?
Los términos «biodegradable» y «compostable», aunque puedan parecer lo mismo, son muy diferentes. Veamos la diferencia existente entre estos dos materiales:
- Biodegradable: Se descompone de forma natural gracias a la acción de organismos y microorganismos, sin que haya presencia de productos químicos, dando como resultado agua, metano y dióxido de carbono (CO2). De esta manera, los materiales biodegradables desaparecerán totalmente en la tierra a lo largo del tiempo.
- Compostable: Un material compostable tarda menos en biodegradarse, convirtiéndose posteriormente en abono o compost de calidad. Eso sí, lo hace bajo unas condiciones específicas -domésticas e industriales- cuya principal diferencia está en la temperatura y el tiempo.
Para resumir la diferencia entre ambos términos, hay que destacar que todos los materiales compostables son obligatoriamente biodegradables, pero no todo lo biodegradable es también compostable.
Análisis de los compuestos tóxicos de las bolsas de plástico compostables
El estudio, liderado por científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), y de la plataforma Susplast, determinó la toxicidad de estos compuestos mediante líneas celulares de pez cebra en tres escenarios distintos:
- A partir de las muestras de las bolsas.
- Después de una simulación de envejecimiento de las bolsas con rayos ultravioleta (fotodegradación).
- Mediante los pequeños fragmentos de las bolsas que quedaban después de convertirse en abono o compost de calidad.
Cinta Porte, autora principal del estudio e investigadora del IDAEA-CSIC, se mostró sorprendida tras detectar rastros de toxicidad en las bolsas biodegradables:
Amparo López Rubio, investigadora del IATA-CSIC, señala que la toxicidad puede provenir de varios procesos, añadiendo que es necesario avanzar en el desarrollo de materiales que sean sostenibles y seguros:
Fuentes: Redacción Ambientum, CSIC, EFE VERDE