Diouf intervino al comienzo de una reunión de tres días para el lanzamiento de la denominada Alianza mundial sobre los suelos para la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos.
"El suelo es un componente esencial de los sistemas de producción y los ecosistemas terrestres", destacó Diouf, añadiendo que "sin embargo, también es un recurso frágil y no renovable. Se degrada fácilmente y su regeneración es lenta, difícil y costosa".
Mayor presión
Los recursos de suelos del planeta están sujetos a una cada vez mayor presión por la competencia de usos de la tierra y se ven afectados por procesos de degradación considerables que agotan rápidamente la disponibilidad limitada de suelo y agua para la producción alimentaria, indicó Diouf.
Según la FAO, solamente en África hay 6,3 millones de hectáreas de tierras agrícolas degradadas que han perdido su fertilidad y capacidad de retención de agua y necesitan ser regeneradas para cubrir la demanda de alimentos de una población que está previsto que al menos se duplique en los próximos 40 años.
En 1982, la FAO adoptó una Carta mundial de los suelos, que enumeraba con detalle los principios y directrices básicos para el manejo sostenible y la protección de los suelos adoptados por los gobiernos y los organismos internacionales.
Ausencia de implementación
"Existe sin embargo un gran retraso en la aplicación de esta Carta en numerosos países y regiones del mundo. Es necesario relanzar su puesta en marcha lo antes posible", advirtió Diouf.
Además de ayudar a poner en marcha las disposiciones de la Carta mundial de los suelos, la Alianza mundial pretende aumentar la concienciación y las iniciativas por parte de los responsables de la toma de decisiones sobre la importancia de los suelos para la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. La alianza pretende también aportar un entorno normativo favorable y soluciones técnicas para la protección y manejo de los suelos y ayudar a movilizar recursos y conocimientos para llevar a cabo actividades y programas conjuntos.
La Alianza mundial sobre los suelos complementará a la Alianza mundial en favor del agua, lanzada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial en 1996 para coordinar el desarrollo y la gestión del agua, las tierras y los recursos asociados con el objetivo de maximizar el bienestar social y económico sin comprometer la sostenibilidad de sistemas medioambientales de vital importancia.
Mayor capacidad de resistencia
Las intervenciones a corto plazo para suministrar alimentos, agua y productos básicos como semillas y fertilizantes para reactivar la agricultura son la respuesta habitual a las crisis alimentarias y fenómenos climáticos extremos, como ocurre en el Cuerno de África. Sin embargo, se necesitan medidas a mayor escala y más largo plazo, con el fin de crear mayor resiliencia ante la degradación, la sequía y el cambio climático y reducir la vulnerabilidad de las personas frente a las calamidades.
La crisis en el Cuerno de África, con la hambruna que sufre Somalia, es hoy la más grave emergencia de seguridad alimentaria existente en el mundo. Además de las cuestiones de inseguridad y gobernanza, la crisis está provocada en gran medida por políticas y prácticas inadecuadas de manejo de los suelos y el agua.
Se espera que la reunión de Roma comience a trabajar en un Plan de acción sobre el manejo sostenible de los suelos que desarrolle sinergias entre los socios e unifique la labor que en la actualidad se realiza de forma separada sobre prospecciones, evaluación y seguimiento de los suelos, y también sobre su productividad, contenido de carbono, biodiversidad, ecología y conservación del suelo y los recursos hídricos.