Un estudio realizado por un equipo de científicos japoneses, liderado por el profesor Hiroshi Okochi de la Universidad de Waseda, ha confirmado por primera vez la presencia de microplásticos en las nubes.
El trabajo, publicado en Environmental Chemistry Letters, analiza cuál es la influencia de los microplásticos en la formación de las nubes y su contribución al cambio climático, aunque todavía no han descubierto el alcance de su impacto negativo en el clima. Los investigadores analizaron muestras de agua de nubes que recogieron en los montes Fuji y Oyama, cuyas altitudes oscilan entre 1.300 y 3.776 metros, para determinar la cantidad de microplásticos que contienen.
¿Qué son los microplásticos?
Son pequeñas partículas sintéticas, difícilmente degradables, que provienen de derivados del petróleo. Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), se considera microplásticos a aquellos que tienen un diámetro inferior a 5 milímetros, que se originan por la degradación de plásticos de mayor tamaño.
El origen de los microplásticos se debe a dos tipos de fuentes que son las principales emisoras de estas partículas:
- Fuentes primarias: Se generan a partir de la liberación directa de productos que contienen microplásticos, como las microperlas, que se encuentran en los productos que utilizamos para nuestra higiene personal.
- Fuentes secundarias: Se originan mediante la fragmentación de plásticos más grandes.
Se trata de partículas tan pequeñas que son capaces de esquivar los sistemas de filtración para acabar llegando a los ecosistemas marinos. Los podemos encontrar en cosméticos, detergentes, plásticos de uso cotidiano y la ropa, entre otros. Muchos de ellos, al ser tan diminutos, llegan a las aguas residuales, siendo ésta la vía para que acaben en ríos, mares y océanos.
El funcionamiento de los microplásticos es muy parecido al de una esponja, dado que retienen toxinas que pueden causar graves daños a las especies marinas que ingieren estas partículas. Esto supone un peligro muy grave para la salud de los seres humanos, dado que muchos de estos peces que ingieren microplásticos acaban en nuestras mesas.
Están presentes en el aire que respiramos
La presencia de microplásticos en el oxígeno que respiramos se encuentra tanto en los océanos y suelos como en la atmósfera y en el aire que respiramos todos los seres vivos de la Tierra. Pueden recorrer distancias de al menos 100 kilómetros de su fuente de emisión, cuya tasa de deposición llega a alcanzar las 365 partículas por metro cuadrado diariamente.
Estos datos son más preocupantes todavía, puesto que los expertos han confirmado que el 10% del oxígeno que respiramos puede ser contaminado con microplásticos. Este hecho se produce como consecuencia de que el 10% del oxígeno proviene de una bacteria llamada «prochlorococcus», un organismo fotosintético que genera una parte importante del oxígeno que necesitamos para vivir y es muy sensible a la contaminación de plásticos.
¿Qué relación hay entre los microplásticos y la formación de las nubes?
Diez millones de toneladas de estas partículas acaban en los océanos, las cuales se liberan con las salpicaduras del océano y posteriormente llegan a la atmósfera. Este hecho supone una consecuencia alarmante para los científicos, ya que estas partículas pueden haberse convertido en un componente más de las nubes, contaminando casi todo lo que bebemos y comemos.
El equipo de científicos japoneses registró nueve tipos de polímeros y uno de caucho, con tamaños que oscilaban entre los 7´1 y los 94´6 micrómetros. Además, hallaron que cada litro de agua de nube contenía entre 6´7 y 13´9 partículas de plástico.
Hiroshi Okochi, autor principal de este estudio, alertó el pasado miércoles en un comunicado que se debe abordar de manera proactiva el tema de la contaminación del aire por plásticos:
Hasta el día de hoy, este es el primer estudio que ha descubierto microplásticos en el agua de las nubes tanto en la troposfera libre como en la capa límite de la atmósfera. De momento, los científicos no han conseguido identificar cómo funciona el transporte de estas partículas, pero señalan que será de gran ayuda para medir los efectos de los microplásticos en futuras proyecciones sobre calentamiento global para buscar posibles soluciones.
Fuentes: Redacción Ambientum, EFE VERDE, Universidad de Waseda