El día 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje con el objetivo de concienciar a la población acerca de la utilidad de esta herramienta sencilla y al alcance de todos para la mejora del medio ambiente.
Entendemos por reciclaje el proceso por el cual un producto ya utilizado, en principio destinado al desecho, es procesado para que pueda ser reutilizado, disminuyendo así el impacto medioambiental de nuestros hábitos de consumo. El vidrio, el papel y el metal son, por el momento, los materiales que más habitualmente se reciclan.
Una vía para la mejora en la práctica del reciclaje, es el conocimiento de los medios a nuestro alcance. Además de los habituales contenedores para el papel, los residuos y los restos orgánicos, existen los llamados puntos limpios, en los que se recogen aquellos residuos que no pueden o deben ser arrojados a los contenedores de basura, ya sea por su volumen -muebles, escombros, chatarra…- o su peligrosidad.
Éstos últimos, a los que se debe poner especial atención, son los tubos fluorescentes, los envases de productos higiénicos, los medicamentos caducados o las pilas y otros tipos de baterías entre otros.