¿Se ha planteado alguna vez qué hará con su cuerpo cuando llegue "la huesuda"? Si quiere ser ecológico incluso después de muerto, quizás le interese la resomation, una alternativa británica a la incineración y al enterramiento que apenas consume energía y no emite contaminantes. El procedimiento se basa en una reacción química de hidrólisis que transforma el cuerpo en agua líquida (con aminoácidos, péptidos, azúcares y sales) y polvo blanco. Este último, según explican desde la empresa Resomation, que ha patentado la técnica, es "puro fosfato de calcio del hueso, que se entrega a la familia del fallecido".
Los beneficios para el medio ambiente son evidentes. En la cremación tradicional, al quemar el cuerpo a 1200º C se liberan a la atmosfera humos dañinos que contienen mercurio. Sin embargo, el proceso de resomation se lleva a cabo dentro de una especie de caldera en la que el liquido se calienta a sólo 150º C. "En lugar de cremar un cuerpo, es preferible utilizar nuestro procedimiento, que duplica el proceso natural de descomposición pero a una velocidad más elevada", afirman. El costo es el mismo que el de una cremación convencional, unos 450 euros. Según afirma la empresa, alrededor de 1.100 cadáveres han sido ya "procesados" con sus métodos en Estados Unidos, sin que hayan recibido ninguna queja.