El año pasado se llevaron a cabo cerca de 176.000 operaciones de recogida de aceite industrial usado en 67.109 establecimientos generadores, con las que fue posible recuperar más de 159.000 toneladas brutas de este residuo en 4.782 municipios de la geografía española. Una labor logística compleja, que implica hacer una gran cantidad de desplazamientos para recoger pequeñas cantidades de residuo, pero de un gran valor ambiental: un solo litro de aceite industrial usado puede contaminar hasta 1 millón de litros de agua y tardar entre 10 y 15 años en eliminarse por completo.
SIGAUS, la entidad que gestiona el aceite industrial usado remitió recientemente sus Informes Oficiales 2023 al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y a las autoridades competentes de las distintas CC. AA., para informar sobre los resultados de gestión del residuo y el cumplimiento de los objetivos ecológicos que establece la normativa vigente. La recogida de información sobre los aceites industriales usados se realiza mediante el Sistema de Información Tecnológico (SIT) de SIGAUS, basado en los documentos oficiales suministrados por las empresas gestoras, garantizando la trazabilidad completa del residuo. Esta trazabilidad se aplica a un sistema de información geográfica (GIS) para optimizar el registro de la información y su representación gráfica.
En 2023 se realizaron cerca de 176.000 operaciones de recogida de aceite industrial usado en más de 67.000 establecimientos generadores ubicados en 4.782 municipios, el 71% de ellos rurales, en los que se recuperó el 20% del total de aceites usados recogidos
Los datos arrojan que en 2023 se recogieron 159.387 toneladas brutas de aceite usado, una cantidad que incluye un 18% de impropios, como agua o sedimentos. La recogida se efectuó en 67.109 establecimientos generadores de aceite usado, distribuidos por 4.782 municipios de toda España a través de 175.621 operaciones que se realizaron por una red formada por 164 empresas gestoras y 205 instalaciones que cubren las distintas fases de gestión del residuo (recogida, almacenamiento y tratamiento final).
Prevenir el impacto ambiental derivado del aceite usado
El objetivo prioritario de SIGAUS es prevenir el impacto ambiental que puede derivar de un residuo peligroso como es el aceite usado. Esta prioridad adquiere especial relevancia en entornos rurales, alejados y escasamente poblados, con espacios naturales de gran importancia que hay que proteger. Durante el pasado año, el 71% de los municipios en los que se realizaron recogidas fueron rurales, donde además de existir un mayor riesgo ambiental, la recuperación del residuo es especialmente costosa, ya que hay que recorrer largas distancias para recoger cantidades modestas. En estas zonas, se ubican la cuarta parte de los establecimientos atendidos (16.745 puntos de generación), en los que se recuperó el 20% de la cantidad total de aceites usados recogidos (31.987 toneladas).
Nuevas vidas para el aceite usado
Tras la eliminación de las impurezas contenidas en el aceite usado recogido, se obtuvo un volumen neto de 131.293 toneladas, una cantidad que representa el 45,64% de las 287.675 toneladas de aceite industrial que las empresas adheridas a SIGAUS comercializaron en el mercado nacional durante el pasado año. Esta cifra pone de manifiesto el cumplimiento del objetivo ecológico de recuperación del 95% de los aceites usados establecido por la normativa, teniendo en cuenta que las autoridades ambientales señalan que el coeficiente de generación del aceite usado se sitúa entre el 40 y el 44%.
Se valorizó y destinó el 100% del residuo a los distintos procesos de tratamiento para la obtención de nuevos productos, como bases para la formulación de nuevos lubricantes o combustible de uso industrial -similar al fuel óleo- para la generación de energía. Concretamente, el 78% del aceite usado recogido regenerable se destinó a procesos de regeneración, superando en 13 puntos porcentuales el objetivo establecido por la normativa del 65%. La regeneración es el tratamiento que la normativa vigente en España considera prioritario al convertir el aceite usado en bases para la formulación de nuevos lubricantes, un proceso que además puede repetirse infinitas veces. Gracias a las 101.774 toneladas tratadas mediante este proceso fue posible producir cerca de 64.000 toneladas de nuevos lubricantes.
El 22% del aceite usado restante, 29.518 toneladas, fue tratado para su posterior uso como combustible en hornos industriales de centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc. A través de este tratamiento se produjeron unas 26.000 toneladas de fuel BIA.
Evita la emisión de 83.600 toneladas de CO2
La transformación del aceite usado en nuevos productos permitió evitar la emisión a la atmósfera de 83.600 toneladas de CO2, el consumo de 1.320 GWh de energía y el ahorro de 33 millones de barriles de petróleo, ya que la producción de bases regeneradas o de fuel óleo a partir de aceites usados precisa de menos energía y emite menos CO2 a la atmósfera que su producción a partir del primer refino del petróleo (que requiere la utilización de gran cantidad de esta materia prima no renovable).
El tratamiento del aceite industrial usado a través de los distintos procesos evitó la emisión a la atmósfera de 83.600 toneladas de CO2, permitió el ahorro de 1.320 GWh de energía y evitó el consumo de 33 millones de barriles de petróleo