Se ha convertido en una de las soluciones tecnológicas más populares. La inteligencia artificial está calando en todos los sectores industriales y el del reciclaje no iba a ser menos. De hecho, es un plus del que ya no se puede prescindir a la hora de clasificar los residuos. No sólo en la separación de residuos, llegando a separar el tapón y las etiquetas en una botella, también permite la optimización del trabajo en las plantas de reciclaje y la geolocalización en tiempo real de los contenedores operativos en el entorno.
En este contexto medioambiental y sabiendo que la inteligencia artificial no sólo puede acelerar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles, sino que también supone un salto en programas educativos y de concienciación, Ecovidrio ha presentado su primer avatar virtual creado con IA. Se llama Arán y nace como embajador del medioambiente para divulgar sobre el cuidado del entorno, la lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad y promover el reciclaje de envases de vidrio entre la ciudadanía española.
A través de las redes sociales, esta personalidad digital se encargará de desmentir todos los falsos mitos que existen en torno al reciclaje de vidrio y explicará a los usuarios cómo los camiones realizan la recogida, cómo funcionan las plantas de reciclaje o qué beneficios ambientales supone reciclar vidrio, entre otras cuestiones. “La divulgación ambiental a través de un avatar de inteligencia artificial es un paso más de la entidad hacia un mundo más sostenible de la mano de la tecnología más innovadora”, apuntan fuentes de Ecovidrio.
Fomento del reciclaje
Otra de las innovaciones con inteligencia artificial en la industria del reciclaje viene de la mano de Ecoembes y su solución Reciclos, un sistema implantado en más de 42.800 contenedores amarillos de España por el que cualquier persona que recicla sus latas y botellas de plástico de bebidas reciben recompensa. Basta con escanear el código de barras antes de tirarlas (a través de la app Reciclos) y después, escanear el código QR del contenedor. Se trata de una medida que fomenta la circularidad de los envases.
Dicho sistema es capaz de identificar más de 10.000 tipos de envases diferentes por su código de barras. Su algoritmo de reconocimiento se reentrena cada seis meses y puede aprender por sí mismo en base a su propia experiencia a través de una serie de datos. Todo esto, gracias a la inteligencia artificial, por la que además, Reciclos también puede evitar algunas trampas, como que el envase se deposite en diferentes municipios en el mismo día.
