El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) está trabajando en un proyecto en el que, a partir de residuos de avena, se desarrolla un tipo especial de celulosa de alto valor añadido que se utilizará como refuerzo de materiales bioplásticos y convencionales. De esta manera, se consiguen mejorar las propiedades mecánicas y barrera de los plásticos biodegradables y se obtienen biocomposites a partir de polímeros convencionales.

En este proyecto, denominado FUNKIFIBRE, además de ITENE, colaboran la empresa irlandesa Flahavan’s, la firma valenciana Almuplas, y los organismos y empresas internacionales Centre Technique du Papier (CTP), Arctic Fiber Company Ltd y Elastopoly OY.

En concreto, el objetivo de este proyecto es aprovechar los residuos de avena para obtener una celulosa novedosa que contará con características como ser microfibrilada, a escala nano, ligera, biodegradable y renovable. En combinación con otros materiales como los bioplásticos y los polímeros convencionales, permitirá el desarrollo de nuevos envases más ligeros y con mejores propiedades barrera y mecánicas.

ITENE junto con CTP ha desarrollado una tecnología de extracción y modificación que permitirá obtener la celulosa micro-nanofibrillada (MFC-NFC) directamente desde el residuo de avena. Las propiedades de la MFC son muy interesantes para el desarrollo de materiales compuestos, debido a su fuerza y rigidez combinada con su bajo peso, elasticidad, biodegradabilidad y renovabilidad.

La importancia de este proyecto se basa en que la producción mundial de cereales genera muchos residuos que podrían utilizarse como biomasa y en otras aplicaciones, pero que actualmente se desperdician. Además, la gestión del residuo tiene otras desventajas como el coste monetario o el impacto ambiental, entre otras.

Beneficios

Este proyecto reportará importantes beneficios económicos a las empresas que lo forman, ya que, por ejemplo, va a permitir a Flahavan’s, empresa líder en la producción de copos de avena irlandeses, cuyos clientes consumen más de un millón de raciones de avena caliente en todo el país, dar una salida a la cantidad de residuos de avena que generan.

Por su parte, los fabricantes de material de envase y transformadores de envase como Elastopoli, Almuplas y Arctic Fiber, podrán disponer de un nuevo producto más ligero y biodegradable con las mismas propiedades que los plásticos convencionales como el PP para aplicaciones de inyección-soplado.

Además, FUNKIFIBRE supondrá beneficios ambientales y económicos como el desarrollo de mejores envases renovables y biodegradables, que tendrá un impacto en las empresas de envases de plástico, ya que los materiales de base biológica son vistos como una alternativa cada vez más necesaria por los consumidores europeos, frente a los envases y embalajes convencionales, que actualmente generan más de 5 millones de toneladas de residuos plásticos.

Este proyecto cuenta con el apoyo financiero del Séptimo Programa Marco de la Unión Europea para investigación, desarrollo tecnológico y demostración bajo el acuerdo de subvención número 606546.



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