Como parte de la creciente concienciación medioambiental por parte de los ciudadanos, papel esencial es que el que debe adoptarse de las aulas en cuanto a la formación sobre sostenibilidad y respeto por el entorno y por parte de los colegios en general referentes para el alumnado en comportamientos durante gran parte de su día a día. En este contexto, las escuelas deben implicarse en la adopción de comportamientos que puedan ser asimilados de forma natural por sus alumnos, que en definitiva serán las generaciones que dentro de apenas unos años, reproducirán lo aprendido en sus entornos, ya sean particulares, familiares, o empresariales.
Un claro ejemplo de ello es que las escuelas, además de ser espacios de formación, son también importantes generadoras de residuos, ya sea papel, plásticos o envases además de restos de orgánicos de las comidas, el hecho es, que tiene repercusiones significativas en el medio ambiente. Iniciativas como «Recreos sin Residuos», promovida por la empresa Roll’eat, están demostrando que es posible no solo reducir estos residuos, sino también involucrar a los estudiantes y sus familias en la adopción de hábitos más sostenibles.
El impacto de los residuos en los colegios españoles
España, como muchos otros países, enfrenta una crisis de residuos. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cada habitante genera aproximadamente 476 kg de residuos urbanos al año. En los centros educativos, donde cada día se congregan cientos de estudiantes, la cantidad de residuos es considerable. Un colegio de tamaño medio, con unos 500 alumnos, puede llegar a producir entre 20 y 30 kilos de residuos diarios, lo que equivale a unas 4,5 toneladas de residuos al año.
La mayor parte de estos residuos provienen de materiales de un solo uso, como plásticos, papel de aluminio y envases de comida, utilizados principalmente durante los recreos y en los comedores escolares. Además, los materiales de manualidades y otros suministros de enseñanza contribuyen a esta acumulación de residuos, de los cuales una parte significativa podría reciclarse o reutilizarse si se adoptaran medidas adecuadas.
Soluciones innovadoras para un problema creciente
Ante esta realidad, las soluciones para reducir la huella ambiental de los colegios deben ser integrales y estar alineadas con la formación de una cultura ambiental en los jóvenes. La iniciativa «Recreos sin Residuos» es un claro ejemplo de cómo pequeñas acciones pueden generar grandes cambios. Esta campaña, organizada por Roll’eat, propone sustituir los envoltorios de un solo uso por opciones reutilizables, como el Boc’n’Roll, un envoltorio sostenible para alimentos diseñado para durar varios años.
Este tipo de iniciativas no solo reduce de forma significativa la cantidad de residuos generados, sino que también promueve una mayor conciencia entre los estudiantes y sus familias. La reciente entrega de 250 unidades del Boc’n’Roll al colegio Poeta Foix de Barcelona, ganador del concurso «Recreos sin Residuos», es un claro ejemplo de cómo estas iniciativas pueden tener un impacto tangible en la reducción de residuos. Según la directora del centro, Laia Perales, este proyecto “es una gran oportunidad para promover hábitos sostenibles entre el alumnado y sus familias, permitiéndonos avanzar hacia una reducción significativa de residuos”.
El uso de estos envoltorios reutilizables en lugar de papel de aluminio puede reducir en más de 70.000 m² la cantidad de este material que se genera solo en los recreos. Si se extendiera su uso a todas las escuelas del país, los beneficios medioambientales serían aún más notables.
Educación ambiental y sostenibilidad en las aulas
La educación ambiental debe ser un eje transversal en el currículo escolar. Cada vez más centros educativos están adoptando medidas para integrar la sostenibilidad en sus programas de enseñanza, y el concurso de «Recreos sin Residuos» es un ejemplo de actividades que incentivan a los jóvenes a ser parte y proceso en un cambio de modelo de comportamiento con respecto al respeto y cuidado de nuestro entorno y por ende del planeta. En concreto, en esta propuesta se involucraba e invitaba, a través de un concurso entre escuelas, en el diseño de productos sostenibles como el Boc’n’Roll, a los alumnos, a generar nuevos productos sostenibles y a reflexionar sobre sus hábitos de consumo y la importancia de reducir los residuos al ponerlo en práctica en su diseño.
Además, estas iniciativas no solo benefician al entorno escolar, sino que extienden su influencia a los hogares. Al incorporar envoltorios reutilizables en la rutina diaria, las familias se convierten en parte activa del cambio hacia un estilo de vida más sostenible. Como señala Meritxell Hernández, CEO de Roll’eat, «simplemente incorporando en nuestra rutina el uso de envoltorios reutilizables podemos generar un gran cambio para la reducción de residuos».
Roll’eat: un modelo de empresa sostenible
Detrás de «Recreos sin Residuos» está Roll’eat, una empresa española que ha apostado por el diseño y producción de envoltorios sostenibles y reutilizables desde su fundación en 2006. Con más de 10 millones de unidades vendidas y presencia en mercados internacionales como Estados Unidos, la compañía se ha consolidado como un referente en la promoción de hábitos de consumo responsables.
A través de campañas de concienciación y colaboraciones con administraciones públicas y centros educativos, Roll’eat no solo vende productos, sino que fomenta un cambio cultural hacia la reducción de residuos. Su compromiso con la sostenibilidad es un ejemplo de cómo las empresas pueden liderar el cambio hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente.