Imagen del Laboratorio de Dioxinas del CSIC / CSIC
Por Sergio Villarroel
La ayuda de nuestros científicos se ha formalizado mediante un acuerdo de colaboración del CSIC con Naciones Unidas. El objetivo es que los laboratorios cubanos ofrezcan datos fiables al inventario mundial de emisiones de contaminantes orgánicos persistentes.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha firmado un acuerdo con el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para colaborar en la implantación del Convenio de Estocolmo en países en vías de desarrollo. Este acuerdo internacional, suscrito por España, busca frenar la propagación de los contaminantes orgánicos persistentes.
Según el CSIC: "Estos restos orgánicos son un grupo de compuestos que incluyen pesticidas como el DDT o productos químicos industriales. Además, explica que "su extensión tiene importantes efectos nocivos no sólo sobre los ecosistemas, sino también sobre los seres vivos, ya que puede ayudar a la aparición del cáncer o a la existencia de una interferencia en la capacidad reproductiva.
Objetivo: datos fiables sobre contaminantes orgánicos
Este acuerdo formaliza la colaboración de científicos del laboratorio de dioxinas, una instalación del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de Barcelona (CSIC), con las autoridades científicas cubanas en la implantación del citado convenio. El objetivo es "que los laboratorios cubanos ofrezcan datos fiables al inventario mundial de emisiones de contaminantes orgánicos persistentes, una de las herramientas surgidas del Convenio de Estocolmo".
De esta manera, los científicos del citado laboratorio ya han comenzado a identificar aquellos laboratorios cubanos capaces de llevar a cabo análisis de contaminantes orgánicos persistentes. Además, están evaluando qué infraestructuras necesita la isla en esta materia y ofrecen formación específica a sus investigadores.