Una nueva técnica que emplea bacterias que se iluminan, y por lo tanto fáciles de localizar, podría ayudar a detectar mejor la contaminación generada por los vertidos de petróleo y otras filtraciones peligrosas para el medio ambiente, informaron el jueves investigadores suizos.
Estas bacterias coloreadas son baratas y pueden alertar a los científicos para que reduzcan los niveles de filtraciones en conducciones subterráneas y centros de almacenamiento de petróleo o de otras sustancias que puedan filtrarse al suelo o el mar, explicó Jan Van der Meer, de la Universidad de Lausana en Suiza.
«El centro de nuestro sistema sensor cromático son las bacterias en sí», señaló en un comunicado. «Se reproducen por sí mismas (…) lo que hace a todo el sistema realmente económico», añadió.
Van der Meer, que presentó su investigación en un encuentro de la Sociedad de Microbiología General en Dublín, indicó que los científicos han probado con éxito el empleo de estas bacterias, midiendo una serie de contaminantes dañinos mediante un simple dispositivo de registro de la luz.
El principal problema en la detección de los vertidos de petróleo y otras sustancias tóxicas es que muchos de los químicos más peligrosos no se disuelven en el agua, lo que los hace difíciles de detectar, explicó el autor.
En cambio, estos contaminantes suelen adherirse a las rocas, las aves marinas y los mariscos, donde permanecen durante muchos años.
A diferencia de los métodos actuales, la nueva técnica no requiere productos químicos para determinar la fuente de las filtraciones, y es más beneficiosa para el medio ambiente, aseguró el experto.
«Dado que las bacterias son organismos simples unicelulares, es relativamente fácil equiparlas con un sensor y una «proteína indicadora» de color brillante, que se aprecia en el microscopio y nos alerta de diversas sustancias que se filtran en el suelo o el mar por vertidos de petróleo», concluyó Van der Meer.